viernes, 23 de marzo de 2012

Cadáveres exquisitos

(Un poema de "Si dios me pide un bloody mary", que debería prolongar con nuevas influencias)

Voy con mis muertos a cuestas
mis muertos cómplices famosos
que saltaron desde libros de la infancia
fiebres adolescentes
insomnios sin dinero ni tabaco
o maduros entusiasmos envidiosos.
A esos muertos les canto.

Canto a los que parieron maravillas
en mesas de bares y despachos
en trenes estaciones calabozos
(alguna mansión que también los hay con suerte)
románticos violadores de cuartillas.
Esos no han muerto tanto.

Fueron dioses descreídos y sin planos
vanidosos farsantes imprudentes
neuróticos viciosos tartamudos
llenos de voces que eran vidas prestadas
y por puro descuido me prestaron.
Con esos muertos canto.

Escritores que atormentan mis intentos
con la impunidad insolente de sus logros
la imperfección inmejorable de sus textos
el privilegio al fin de saberse protegidos
y escoger el final de su argumento.
De esos muertos me espanto.
Cómo igualar de chandler la porfía
de cirrótico borracho sin temblores
ebrio de soledad harto de hollywood sin cissy ya
para qué quiero la vida
suicidado en la jolla mientras yo nacía.
Cómo copiar de cortázar el delirio
de clase media alta afrancesada
capaz de cronopiarse en la distancia
llevar en parís
las voces del país que compartimos
y tocarles el culo a las palabras.

Cómo igualar de borges la ironía
que lo hizo viejo antes de los veinte
que lo hizo sabio y niño a los sesenta
y lo volvió buen palpador de secretarias
(no sólo las palabras tienen culo).

Cómo beber de bukowski la dulzura
oculta entre brutales cucarachas
poética entre sabanas pringosas
auténtica
en peleas tugurios y borrachas
y seguir siendo un gigantesco caradura.
Cómo tener de neruda la soberbia
de jardiel la mínima estatura
de reed la rebelde incoherencia
el complejo
que llevó a hemingway tan lejos
de boris vian que me dejen la locura
No me olvido de lorca ni de verne vonnegut
dos passos o soriano
hammet bernard shaw o conan doyle
manuel scorza
bertold bretch quevedo haroldo conti
(siguen las firmas y la deuda crece).
A esos muertos les canto.

Espléndidos difuntos contagiosos
viajeros en baldosas y bañeras
acechados por facturas y dragones
que ya se sabe
resultan mucho menos peligrosos.
y nunca te embargan las princesas.

En el lugar que estén -será una imprenta-
desaparecidos para seguir estando
se reirán de sus viudas de papel
de los críticos
que los redescubren cada diez años
y de los lectores que a cuestas los llevamos.
A esos muertos les canto.
De esos muertos me espanto.
Esos
no han muerto tanto.

No hay comentarios: