lunes, 26 de octubre de 2020

FOTOESÍA XXXIX


El encierro empezó antes 
del encierro.

Cuando estábamos tan cerca preferíamos tocarnos 
por teléfono.

Permitimos que la imagen 
de la imagen de la imagen valiera más que lo real.

Le pusimos filtros bonitos 
a la vida.
Le borramos cada arruga
y cada poro.

Y la vida poco a poco 
se olvidó de respirar.

No me importa repetirme 
para una vez 
que digo algo certero:
Caparazón va por dentro.

Es algo que se cierra 
con lentitud coherente 
de tortuga y olor a libro viejo.

Definitivo como un sobre vacío.

Pesado como el párpado de un muerto.

Así que por favor
dejemos de quejarnos 
todo el tiempo
mientras seguimos agregando
pixel a pixel
ladrillos nuevos para el muro 
de este encierro.



(Carlos Salem & Javier Jimeno Maté)