miércoles, 25 de junio de 2008

"Matar y guardar la ropa" en Radio 5

El 28 de mayo, el programa de Radio 5, LITERATURA EN BREVE, dedicó su espacio a Matar y guardar la ropa, con la lectura de un fragmento del capítulo 1 de la novela.
Como no me aclaro para colgar el mp3, aquí va el link de los programas de mayo, en el que se pueden escuchar. el de "Matar..." es el 238, pero recomiendo bajrse los demás. no tiene desperdicio. Gracias Juan Jacinto.

http://rne.literaturaenbreve.com/2008/06/programas-emitidos-mayo-2008.html



Literatura en Breve es el programa de divulgación literaria de RNE 5, dirigido por Juan Jacinto Muñoz Rengel.

En un formato de breve duración, dedica una especial mirada a la literatura contemporánea, a los nuevos autores, a la narrativa corta y a los géneros más desatendidos por los medios nacionales de crítica literaria.

Juan Jacinto Muñoz Rengel (Málaga, 1974) es escritor. En la actualidad además esprofesor en la escuela de escritura creativa Fuentetaja de Madrid, y dirige el programa Literatura en Breve de Radio Nacional de España (RNE 5), y la sección de relato corto del mítico programa El Ojo Crítico (RNE 1), que ahora también se reproduce para ochenta millones de oyentes en Un Idioma sin Fronteras (Radio Exterior).

En los últimos años ha recibido más de cincuenta premios nacionales e internacionales de relato corto, entre entre ellos el Fernando Quiñones, el Julio Cortázar de Cuba, el Miguel de Unamuno, el Premio de Relatos para Leer en el Autobús o el Premio Internacional de Relatos Cortos La Felguera. Asimismo, ha sido finalista del Premio Vargas Llosa de Novela 2005.

Es autor del libro de relatos 88 Mill Lane (Ed. Alhulia), una selección de historias fantásticas que transcurren en Londres, con prólogo de Pablo De Santis. Y recientemente ha coordinado y prologado el volumen Ficción Sur (Ed. Traspiés), una antología de cuentistas andaluces actuales en la que se recogen los autores más significativos del género de las últimas décadas.

Su obra ha sido traducida al inglés y al ruso.

lunes, 23 de junio de 2008

Tres días de fiesta

Fue una semana intensa, de poesía hasta los bordes y desbordando, con buena parte de la gente que ha hecho de las Jam Session lo que son, y ausencias que duelen por distancia, como la de Loyds y tanto otros.
Presentábamos el libro BUKOWSKI CLUB 06/08, resumen de dos años de jam y lecturas libres, y un sólo día no era suficiente, así que dividimos para unir: jueves, viernes y sábado desfilando caras conocidas, voces propias y sin embargo, nuestras.
El libro, a mí, me parece cojonudo y no sólo por el trabajo fino-fino que han hecho Talía y Daniel, de Ediciones Escalera, sino también porque refleja, hasta donde se puede, lo que es un miércoles en el Bukowski club. Ese tipo de experiencias que no alcanza con que te las cuenten; tienes que vivirlas.
O leerlas, como en esta antología.
El verano y la fiebre futbolera aconsejaban presentar ahora y difundir el libro cuando pasen los calores. Pronto publicaremos los puntos de venta actuales, y en septiembre, a echar el resto para que se lea y se sepa que no hace falta pasar exámenes de selectividad o cartas de recomendación, que no es necesario un expediente de limpieza de sangre literaria, que basta con tener algo que decir, decirlo
y punto. Y si es una pregunta, mejor que mejor, que uno sigue convencido que la poesía no es una repuesta sino una duda que mastica por dentro, y como eres como eres, la escribes, la contagias y que también vaya mordiendo a los demás.

jueves, 19 de junio de 2008

Habemus antología


Costó, pero llegó. Gracias al esfuerzo de la gente de Ediciones Escalera y de más de 75 poetas que se ah colocado detrás de Jennifer con intenciones varias. Las presentaciones, desde hoy jueves 19 hasta el sábado 21 wb wl BUKOWSKI CLUB, (San Vicente Ferrer, 25, Metro Tibunal, como voy a diario, se me suele olvidar decirlo).
La pena es no haber podido dar con muchos a los que les perdimos la pista. Pero aemenazamos con más el año que viene.

"Matar y guardar la ropa" en Pateando el Mundo

(Reseña de Jesús Lens, vamos de lujo en lujo, en estos días. Habrá que atesorar los buenos comentarios, para cuando lleguen los palos.)

Siempre se ha dicho que lo realmente difícil no es escribir una buena primera novela sino, una vez conseguido ese logro, escribir un segundo libro que no desmerezca al anterior. Y por eso, reconozco que tenía mis dudas a la hora de leer “Matar y guardar la ropa”, de Carlos Salem, publicada por el descubrimiento literario-editorial de este 2008: los inquietos, valientes y decididos chicos de Salto de Página. Un descubrimiento, dicho sea de paso, que tenemos que poner en el cada vez más generoso y abultado Haber de nuestra querida Cristina Macía, alter ego gijonés de un servidor... siempre que no estemos dentro de una cocina.

Y tenía mis dudas porque acababa de leer “Camino de ida”, entre las finalistas del Silverio Cañada de Semana Negra y, posiblemente, la novela con que más he disfrutado en lo que va de año. Y temía, tan cerca en el tiempo, leer la segunda obra del autor, recién publicada, y que se perdiera la magia, se rompiera el idilio o algo así. Me daba miedo que se repitiera, que fuera capaz de mantener el extraordinario nivel y que mi relación lectora con Carlos Salem tornase en un no deseado camino de vuelta.

Sin embargo, una vez devorada “Matar y guardar la ropa”, ya creo estar en condiciones de anunciar que esa relación ha entrado en lo que va a ser, sin lugar a dudas, un fructífero camino de no retorno: de ahora en adelante, todo lo que escriba Carlos Salem me tendrá como ferviente lector, admirador y seguidor.

sigue en :

http://pateando-el-mundo.blogspot.com/2008/06/matar.html

sábado, 14 de junio de 2008

Matar y guardar la ropa, en El Boomeran(g)



Gracias a la atención del escritor peruano Jorge Eduardo Benavídez, "Matar y guardar la ropa" aparece recomendada en el blog El Boomeran(g), dentro de su apartado "consignas para escritores", que en la práctica es un curso de narrativa de los que conviene tener a mano para no perder el camino.
La mención aparece dentro de la Clase nº XVI, "El tono narrativo", y por aquello de regar el ego, reproduzco el párrafo final, en el que se menciona la novela. Pero el que sea listo, visitará el artículo entero en este link y se quedará enganchado a un curso que no tiene desperdicio.

http://www.elboomeran.com/blog-post/13/4172/jorge-eduardo-benavides/clase-xvi-el-tono-narrativo/

La propuesta de la semana:

Y esta semana les vamos a proponer un tema cualquiera, un tema que aborde algún asunto cotidiano, por ejemplo, pero que se cuente con un tono legendario o con un tono policíaco, precisamente por ser dos de los tonos narrativos más fácilmente identificables. Naturalmente si elegimos un tono legendario NO contaremos una leyenda y si elegimos un tono policíaco NO contaremos una historia de detectives. La cuestión es buscar que una historia se impregne de un tono determinado, aunque el tema sea otro. ¿Podemos contar un día rutinario de oficina en tono legendario? ¿Podemos contar una historia que ocurra en una comida campestre en tono policíaco? Veamos que ocurre. Y por cierto: no puedo dejar de recomendarles una estupenda novela de género negro que acaba de aparecer y me resultó de gratísima lectura: Matar y guardar la ropa, de Carlos Salem. En Salto de Página editorial.

Jorge Eduardo Benavídez

jueves, 12 de junio de 2008

"Matar y guardar la ropa", en EL CULTURAL



En el original, en http://www.elcultural.es/HTML/20080612/LETRAS/LETRAS23368.asp

Matar y guardar la ropa


Carlos Salem

Madrid, 2008. 256 páginas,
Salto de Página

Quien no haya tropezado todavía con el periodista argentino Carlos Salem (Buenos Aires, 1959), autor de relatos, poemarios, e iniciativas culturales que parecen contar con un séquito de seguidores, tiene dos opciones: comenzar por el principio, su primera novela, Camino de ida, y dejar que su capacidad de asombro vague a sus anchas por un relato irreverente y disparatado, capaz de burlar la trascendencia escudándose en la sin par aventura vital de un personaje surcado por el único deseo de ver muerta a su mujer. O puede comenzar por este segundo intento, que en lugar de un viaje se inclina por la estancia, durante unas vacaciones veraniegas, en un camping nudista de Murcia que acoge las inena-rrables vacaciones de otro estrafalario personaje. En ambos casos, el ritmo trepidante y la excusa negra como acicate para la trama son un acierto y una garantía de diversión; esta segunda apuesta confirma el dominio para el embuste de este atrevido embaucador –en el mejor de los sentidos– y reafirma su pasión por recrearse en un ejercicio metaliterario que consiste en propiciar que el argumento abra la posibilidad de formar parte de otro en el que hallar sentido a través de otra trama que, a su vez, quizá, encuentre otro final al delirio de identidades en el que vive sumido Juan Pérez Pérez, este “nivolesco” protagonista.

Conviene aclarar con un resumen intencionadamente incompleto el dispositivo que dispara la acción: el mencionado personaje, ex marido y padre de dos hijos, asesino a sueldo de una empresa que “administra” la muerte facturando pedidos, comienza unas simples vacaciones de verano para reencontrarse con sus hijos. Un giro inesperado cambia el rumbo del viaje y lo conduce hacia una misión con un objetivo poco claro y un despliegue de situaciones absurdas por donde campean demasiadas casualidades: su ex mujer, un juez incorruptible, un amigo de la infancia con un parche en un ojo y una pierna ortopédica, un pedido sin concretar, una pasión imprevista, un viejo escritor y la inesperada aparición de un policía intelectual, “mezcla de matón y poeta”. ¡Un cuadro de extravagancias sin desperdicio!

Sí podemos constatar que no hay riesgo de distracción, y que así como el final juega a responder con coherencia al despliegue de desatinos, la ironía que envuelve el conjunto y lo trasciende consigue afinar su puntería al contar otra historia. La de una identidad cambiante –el pusilánime Juan Pérez, el “Número Tres” de la empresa de matarifes–, que entra en crisis. Su historia relata su pelea por desprenderse de su ropa, de su oficio, de sus miedos. Acabar con él –¡ya lo leerán!– es su más difícil misión.

Pilar CASTRO

David González

Claro que mola -y mola un huevo- que un tipo con talento y que no se pierde en remilgos hable bien de tu novela en su blog.

http://davidgonzalezpoeta.blogspot.com/2008/06/camino-de-ida-de-carlos-salem-cruce-de.html


Pero mola más aún haberlo conocido un rato, después de leerlo, y comprobar que -por suerte- quedan poetas que son los mismos cuando escriben que cuando beben birras o van comprar mortadela al chino de la esquina, que siempre se llama Paco y yo voy y me lo creo.
Estoy hasta los cojones de escritores que van por la vida como si no tuvieran un agujero en el culo como el resto de los mortales.
Y tengo la suerte de conocer a un buen puñado que sí van al váter y además escriben como los putos ángeles, si lo ángeles escribieran en lugar de pasarse la jornada laboral haciéndole la pelota a un dios que no existe.

Pude cambiar con David unas pocas frases, porque el curro es el curro y el bar estaba lleno de sedientos. Pero me bastaron para comprobar que el tipo es DE VERDAD. Y eso es lo que importa. Aunque ya lo sabía por haberlo leído.
Si tú no lo has hecho todavía, ¿a qué coño esperas?

Aquí va una muestra gratis, pero no te acostumbres y compra los libros, que los poetas, para poder cagar y seguir siendo humanos, necesitan comer antes.

El último baile


Son unos zapatos

de piel
de tafilete.
Son los zapatos
de mi padre.
Son las fiestas
de mi barrio.
Son las fiestas
de la Soledad.
Tengo 5 años.
Una cría
de la Calzada
una cría rubia
me está enseñando
a bailar.
La patada
un punterazo
me alcanza de lleno
en todo el culo
me levanta
unos centímetros
del suelo.

¿NO TE DIJE
QUE TE QUERÍA
VER EN CASA
A LA UNA?
¿EH?
¿NO TE LO DIJE?

Me pongo colorado
me meo
por los pantalones
empiezo a llorar

¿NO TE TENGO
DICHO MIL VECES
QUE DE MÍ
NO HACE BURLA
NI DIOS
ME CAGO
EN DIOS?

No es justo
no hay derecho
por mi reloj
sólo pasan
ocho minutos
de la hora
sólo
ocho minutos,

papá.

Ocho minutos.

Al año siguiente
me quedo sentado
en el tablón
de la orquesta.
Observo alternativamente
las evoluciones
de las parejas
que están bailando
las de las
manecillas
del reloj.

Mañana cumpliré
33 años.
No sé

bailar.

David González. Incluido en Ley de vida. 1998.

martes, 10 de junio de 2008

Desde LA BALACERA








Carta abierta a Don Carlos Salem (y a quien la quiera quiera recibir)

Estimado don Carlos:
Buena la ha hecho usted con sus dos últimas novelas, Camino de ida y Matar y guardar la ropa. Porque si hace unas semanas, con Camino de ida, me pasaba un par de tardes ignorando los lloros de mi perro, que reclamaba como procede su derecho a salir al parque a evacuar, con Matar y guardar la ropa he tenido que aguantar sus exigentes mordiscos en los tobillos mientras devoraba (yo, que mi perro, no muy dado a la lectura, muestra una respetable preferencia por el pienso del Mercadona) la segunda de sus novelas.
Claro, es muy fácil lo que usted hace, enganchar al lector con una trama imposible y aparentemente ligera. Aunque fácil no es la palabra, y si no que nos lo pregunten a quienes, de vez en cuando, tratamos de inventar algo que ofrecer a nuestros lectores.
Y es que uno lee la contraportada de la novela y se dice que una historia en la que el protagonista es un asesino a sueldo de vacaciones en un camping nudista de Murcia en el que veranean también su ex mujer, la nueva pareja de esta (un juez implacable con la delincuencia organizada), un inspector que hace tiempo que sospecha que el protagonista no es trigo limpio y un amigo de la infancia, uno se dice, repito, que esa historia no puede desarrollarse sino en una novela intrascendente, facilona, divertida, para pasar el rato sin hacerse demasiadas preguntas.
Craso error, por supuesto. Sí, las delirantes situaciones expuestas en la trama de la novela llevan a pensar así, incluso en ocasiones me sorprendo pensando que tal demostración de capacidad imaginativa sólo puede ser fruto de la ingesta masiva de psicotrópicos varios por parte del autor. Sin embargo, la lectura calmada de la novela (siempre y cuando seamos capaces de contener la carcajada) destapa algo mucho más interesante, una serie de cargas de profundidad que dejan patente que actúa usted con absoluta lucidez (o que los psicotrópicos le sientan mejor que a la mayoría de los mortales, al menos mejor que a mí). Porque a través de esas situaciones absurdas a las que usted somete a su pobre protagonista, obligado a ocultar sus continuas erecciones mientras deambula por el mundo desnudo y casi desarmado, encontramos a un padre de familia corriente y moliente pero obligado a ocultar algo menos evidente que una erección en un camping nudista: su doble vida como visitador médico y asesino a sueldo al servicio de la Empresa.
Como padre de familia deberá enfrentarse a la evolución que experimentan sus hijos conforme van descubriendo que detrás del padre comercial se oculta alguien con un trabajo y unas virtudes mucho más interesantes o a una ex mujer que se sorprende cuando, años después, vuelve a reconocer al hombre del que se enamoró y que quedó eclipsado por una profesión poco glamourosa.
Como asesino a sueldo deberá debatirse entre la misión encargada (de la que no conoce los detalles), la protección de los seres a los que quiere y la sensación permanente de que alguien le quiere tender una trampa.
Pero, don Carlos, ¿qué le ha hecho a usted este pobre hombre para que me lo maltrate de este modo? Menos mal que ha tenido usted el detallazo de ponerle un acompañante de excepción, ese Andrés Camilleri, profesor de literatura retirado y actualmente escritor de novelas policíacas, desempeñando un papel para el que parece haber nacido. De hecho, cuando a partir de ahora lea una novela de este buen hombre, no podré dejar de imaginármelo en pelota picada y hablando de pintura o gastronomía mientras disfruta con unas copas bien cargadas.
De momento, y a la espera de que nos obsequie usted con una nueva muestra de su portentosa imaginación y talento literario, me quedo con una máxima de uno de sus personajes que trataré de llevar a rajatabla: “Cuando te encuentres en peligro, utiliza primero la cabeza. Si no funciona, usa las manos. Y si todo falla, utiliza los cojones.” Una frase con más trascendencia de la que puede parecer en un principio.



Suyo siempre,
Ricardo Bosque

El blog de Javier Das


La excusa para ponerlo aquí de una puta vez, después de tantas veces de intentarlo, no pude ser más mezquina: habvla bien de mi novela. La verdadera, asomarse a la poesía de este cabrón, parta el que se joven es sólo un accidente: lo importante es cómoescribe.

http://callados.blogspot.com/2008/06/camino-de-ida-de-carlos-salem.html

sábado, 7 de junio de 2008

Matar y guardar la ropa en la decana de las librería de España

El martes 3 de junio presentamos "Matar y guardar la ropa" en la Librería Escarabajal de Cartagena, con 100 años de historia detrás. El recibimiento de Ana Escarabajal y su gente fue excepcional, y los medios locales nos prestaron una atención poco frecuente.
La novela transcurre en un camping nudista cercano a Cartagena, adaptación con ciertas libertadas por mi parte de El Portús, que existe desde hace muchos años y es uno de los mejores en su especialidad en toda Eurioa. Tuvimos oportunidad de disfrutar in situ de la hospitalidad de Aurelio y su gente, responsables de administrar un maro natural acojonante. Pasamos allí un par de días, en el escenario de la novela y mezclados con quiénes, de alguna manera formaban parte de ella. Desnudos, claro. Pero esas fotos no las publico, que luego os empezáis a tocar...

De verdad, Gracias a Librería Escarabajal y al Camping El Portús. volveremos.

domingo, 1 de junio de 2008

Piropos del maestro Wapner

David Wapner
Camino negro y absurdo
Sobre “Camino de Ida”, novela de Carlos Salem
(2007, Editorial Salto de Página, Madrid, 216 páginas)

“Camino de ida”, de Carlos Salem , es el viaje de un ser oscuro, Octavio Rincón, desde su lugar a la sombra de una excusa llamada Dorita (su esposa), hacia una luz de ficción. Un hecho fortuito, la muerte repentina de la excusa, pone en acción esa luz tanto tiempo reprimida dentro suyo, y desde ahora, iluminará sus actos futuros una fantasía potente, con la carga de clichés acumulados en la imaginación de un virgen, en el sentido más amplio, se dispara, ya fuera de control.
El fracaso es un fantasma omnipresente en el imaginario argentino, y Salem se hace cargo de este precedente. Como en los libros de Osvaldo Soriano, el camino de este gris oscuro Octavio, de pronto encandilado por esta aventura casi surgida de sus sueños, se cruza con una caterva de seres quebrados, caricaturas, fragmentos de si mismos, cuyo papel en la Historia ha terminado (a lo mejor, también la de sus países), que se mueven por inercia, pero que, aún así, cuando coinciden entre sí, generan luz, y un sentido efímero pero potente a sus actos: tal la ficción.
De ahí la relevancia del relato paralelo, de excelente factura, que acompaña el periplo de Octavio. Porque Gardel, el morocho surgido, también el, de la oscuridad más negra, es el símbolo absoluto de la gloria argentina: fulgurante, o, más que eso, esperpéntica, gloria extrema que necesita de la muerte para perdurar. Salem relata paso a paso, con calidad fotográfica (y fonográfica) el ascenso de esta gloria, que corre paralela al fracaso patrio, a ese montón de “piedras mudas”, última esencia de su ciudad-país.
Ambas historias confluirán en un punto, o al menos esa es la ilusión, pero hacia allí apunta, hacia el final, aquel 38 oxidado que es, sin duda, el alma de esta novela: un revolver fracasado, que en el momento de actuar no mata, pero que, aún así, se guarda un último aliento para, quién sabe, a lo mejor.
Carlos Salem, autor de poemas roncos, sabe escribir novela, negra por alquitrán, negra por humor, negra por lu