jueves, 29 de mayo de 2008

Gijón, allá que vamos!!!!


Superman y El Zorro cabalgan de nuevo

Si ya es un alegrón que te nombren finalista de un premio como el Memorial Silverio Cañada con tu primera novela, la cosa se eleva al cuadrado cuando te toca ir, codo con codo, con un amigo y escritor del talento de Leonardo Oyola, el enfant terrible de la literatura argentina. A saber qué pasara en julio, en la Semana Negra de Gijón, pero que nos vamos a divertir, eso seguro.

viernes, 23 de mayo de 2008

Presentación de Matar y Guardar la ropa en el FNAC de Barcelona


José Andrés Espelt, en "Cruce de cables"
(Pinchar arriba)
El Viernes pasado y como un reloj, a las 20:00 nos presentamos en el FNAC del Triangle, para poder saludar, a uno de los escritores en alza, en que mezcla historias rocambolescas con ironía, sin perder en ningún momento el interés por sus lecturas.
Su primera novela, Camino de Ida era la primera pieza de un puzzle que nos irá dando nuevas sorpresas. Hay que leerla para poder expresar correctamente lo que uno quiere explicar.
Si uno lee la sinopsis de "Matar y Guardar la ropa" se queda estupefacto. Y es que Carlos, lo cuenta y lo imagina.Lo hace visual. Y entonces se te escapa la risa.
Ambas novelas cuentas con momentos de una narrativa fresca, irónica y con segundas. Despedazar una novela es de "", pero cuando llegas a partes:padre con su hija de 14 años en pelotas, hablando de sexo y ella comentando que lo quiere hacer con un tipo del camping nudista, momento sublime.



El de la izquierda es el editor y novelista Fernando Clemot, co-responsable de la excelente revista PARALELO SUR, que me presentó en Barcelona. El del medio soy yo, que remedio; y el del pelazo es uno de mis editores, Pablo Mazo (qué envidia me da)
Las fotos también son de José Andrés, que está en todo.
Visiten Cruce de cables, que merece la pena.



EL FARO DE MURCIA, 23/05/2008.



Asesinatos al desnudo


Por Diego Ortiz


El escritor hispanoargentino Carlos Salem, que fuera compañero de tareas informativas en elfaro, acaba de situar en las librerías su segunda novela, titulada ‘Matar y guardar la ropa’. Una obra que, al margen de sus evidentes valores literarios –que los tiene y muy importantes– aporta el aliciente añadido para los residentes en la Región, y especialmente en Cartagena, de desarrollar su trama en el camping naturista de El Portús y alguna escena en la propia ciudad portuaria.
‘Matar y guardar la ropa’ narra la historia de la doble vida de Juanito Pérez Pérez, para todos un brillante estudiante de medicina que nunca llegó a terminar la carrera y, oficialmente, se gana la vida vendiendo material clínico a hospitales de toda Europa, pero que realmente es ‘Número Tres’, uno de los más eficaces asesinos de una organización que comete crímenes por encargo.


Cuando ‘Numero Tres’ decide tomarse unas vacaciones con sus hijos, recibe una llamada de la organización que le indica que deberá dirigirse al camping naturista de El Portús para realizar una misión.


Allí, coincidencias de la vida –que luego se demuestran que no son tales– se encontrará con su ex mujer y su actual pareja, un juez de gran fama y éxito. También conocerá a Yolanda, una de las animadoras del campamento con la que establecerá una relación sentimental, con un viejo escritor de novelas policíacas y, esto es lo más sorprendente, con ‘Número Trece’, otro de los asesinos, posiblemente el más brutal, de su organización.Tan sorprendente como el hecho de que el número de matrícula del coche de su presunta víctima que le transmite ‘Numero Dos’, el cerebro de la organización, al que Juan no ha llegado a ver nunca, corresponde al de su ex mujer.


Con todos esos mimbres, y con otros que van surgiendo con el transcurso de las páginas, como es la llegada del inspector Arregui –con el que Juan compartió una novia sin que aquel lo supiera y que sospecha de las actividades del protagonista por haber coincidido que se hallaba presente en el escenario de dos sospechosas muertes por picadura de una araña tropical inexistente en España–, Carlos Salem traza una trama en la que, con una gran frescura en el lenguaje, una sutil ironía y mucha mordacidad, queda atrapado Juanito Pérez o ‘Número Tres’, que comenzará a sospechar que todo es una trampa para acabar con él.


La tensión para el lector está garantizada hasta las últimas páginas, convirtiendo ‘Matar y guardar la ropa’ en una novela policíaca que sorprenderá a los amantes del género y en la que, pese a saber la actividad criminal a la que se dedica, Salem consigue que los lectores se identifiquen con el protagonista, que se capta su simpatía desde las primeras páginas.


Una obra muy recomendable, que el próximo 3 de junio su autor presentará, para toda la Región, en las instalaciones de la cartagenera Librería Escarabajal.




Por Diego Ortiz

jueves, 22 de mayo de 2008

... y Gonzalo ha prometido montar una...


La presentación correrá a cargo de mi padrino-compinche-ladrón-de-gallinas y pologuista, Gonzalo Torrente Malvido. Y en lugar, un bar llamado Bukowski club, que me suena de algo. La hora, las 21,30, y como es viernes, empezaremos más o menos puntuales.

miércoles, 21 de mayo de 2008

... para ser tan tímido, Octavio les gusta a las chicas,,,

Gracias, Cristina
Uno piensa que su novela, después de un año de camino, ya quedó en el pasado. Nadie te invita a presentar la nueva en el teatros llenos de periodistas, sigue ahí, en las librerías, vendiéndose a su ritmo, que es el de Fernando Aloso, pero esta temporada, es decir que no es tan malo como para suicidarse, pero el podio lo ves lejos. No te deprimes, porque sabes que esto de los librso, ahora, es como lo de los discos, parece. Y como tiene nueva novela, a rema por ella. Pero miras hacia atrás, y ves la primera y te sigue pareciendo que ya nadie piensa en ella ,salvo tú, y los lectores que has conocido en estos meses y te han cargado las pilas para seguir gastando teclas...
Entonces... encuentras reseñas, críticas,comentarios, recientes y relucientes, de ayer nomás, y te alegras, porque el tímido de Octavio Rincón sigue encontrando gente que lo acompañe en su
"Camino de ida".
Reseñas como la del blog "Agujas en el pajar", de Cristina Macías, que linkeo ahora mismo, para que len en el orginal, y de paso visiten su propuesta sin pelos en la lengua.

http://www.cristinamacia.com/?p=5

"Camino de ida" en Carrusel Deportivo


Gracias, Pepe!
Fue hace dos domingos, en la previa de la jornada en que el Atleti se jugaba -y por suerte logró. uno es madridista pero con un cachito de corazón rojiblanco- el pase a Champions. A eso de las 19.00 horas. Yo había dejado el libro el viernes, pensando que igual Pepe domingo Castaño lo recibiría, pero sin soñar que tuviera tiempo de ocuparse de una novela de un tipo desconocido. Vale que en "Camino de ida" el telón de fondo es un Mundial de Fútbol en el que -aquí entra, tal vez, el elemento fantástico y/o de ciencia-ficción-, la Selección Española juega la final, pero aún así, no esperaba una respuesta tan generosa y pronta. Según me cuentan,(yo estaba en el metro, siempre me pierdo las mejores, ), Pepe hizo referencia a la novela, comentó de qué iba y dijo que la leería y recomendaría si le gustaba. Eso parece fácil, pero a esta gente le llueven miles de movidas y no dan a basto para todo, así que es un detallazo que quiero agradecer públicamente.
Ojalá que te guste, Pepe.
Y GRACIAS OTRA VEZ

martes, 20 de mayo de 2008

La mejor entrevista que me han hecho hasta ahora




La perpetró un sospechoso conocido como El Poetastro, alias Gsus Bonilla, y se puede leer en el original en:

Sobre "Matar y guardar la ropa", publicado en La Balacera, uno de los mejores blogs de novela negra

Leer el original en La Balacera:
http://balacera.blogia.com/2008/051901-carta-abierta-a-don-carlos-salem-y-a-quien-la-quiera-recibir-.php

Carta abierta a don Carlos Salem (y a quien la quiera recibir)

Estimado don Carlos:
Buena la ha hecho usted con sus dos últimas novelas, Camino de ida y Matar y guardar la ropa. Porque si hace unas semanas, con Camino de ida, me pasaba un par de tardes ignorando los lloros de mi perro, que reclamaba como procede su derecho a salir al parque a evacuar, con Matar y guardar la ropa he tenido que aguantar sus exigentes mordiscos en los tobillos mientras devoraba (yo, que mi perro, no muy dado a la lectura, muestra una respetable preferencia por el pienso del Mercadona) la segunda de sus novelas.
Claro, es muy fácil lo que usted hace, enganchar al lector con una trama imposible y aparentemente ligera. Aunque fácil no es la palabra, y si no que nos lo pregunten a quienes, de vez en cuando, tratamos de inventar algo que ofrecer a nuestros lectores.
Y es que uno lee la contraportada de la novela y se dice que una historia en la que el protagonista es un asesino a sueldo de vacaciones en un camping nudista de Murcia en el que veranean también su ex mujer, la nueva pareja de esta (un juez implacable con la delincuencia organizada), un inspector que hace tiempo que sospecha que el protagonista no es trigo limpio y un amigo de la infancia, uno se dice, repito, que esa historia no puede desarrollarse sino en una novela intrascendente, facilona, divertida, para pasar el rato sin hacerse demasiadas preguntas.
Craso error, por supuesto. Sí, las delirantes situaciones expuestas en la trama de la novela llevan a pensar así, incluso en ocasiones me sorprendo pensando que tal demostración de capacidad imaginativa sólo puede ser fruto de la ingesta masiva de psicotrópicos varios por parte del autor. Sin embargo, la lectura calmada de la novela (siempre y cuando seamos capaces de contener la carcajada) destapa algo mucho más interesante, una serie de cargas de profundidad que dejan patente que actúa usted con absoluta lucidez (o que los psicotrópicos le sientan mejor que a la mayoría de los mortales, al menos mejor que a mí). Porque a través de esas situaciones absurdas a las que usted somete a su pobre protagonista, obligado a ocultar sus continuas erecciones mientras deambula por el mundo desnudo y casi desarmado, encontramos a un padre de familia corriente y moliente pero obligado a ocultar algo menos evidente que una erección en un camping nudista: su doble vida como visitador médico y asesino a sueldo al servicio de la Empresa.
Como padre de familia deberá enfrentarse a la evolución que experimentan sus hijos conforme van descubriendo que detrás del padre comercial se oculta alguien con un trabajo y unas virtudes mucho más interesantes o a una ex mujer que se sorprende cuando, años después, vuelve a reconocer al hombre del que se enamoró y que quedó eclipsado por una profesión poco glamourosa.
Como asesino a sueldo deberá debatirse entre la misión encargada (de la que no conoce los detalles), la protección de los seres a los que quiere y la sensación permanente de que alguien le quiere tender una trampa.
Pero, don Carlos, ¿qué le ha hecho a usted este pobre hombre para que me lo maltrate de este modo? Menos mal que ha tenido usted el detallazo de ponerle un acompañante de excepción, ese Andrés Camilleri, profesor de literatura retirado y actualmente escritor de novelas policíacas, desempeñando un papel para el que parece haber nacido. De hecho, cuando a partir de ahora lea una novela de este buen hombre, no podré dejar de imaginármelo en pelota picada y hablando de pintura o gastronomía mientras disfruta con unas copas bien cargadas.
De momento, y a la espera de que nos obsequie usted con una nueva muestra de su portentosa imaginación y talento literario, me quedo con una máxima de uno de sus personajes que trataré de llevar a rajatabla: “Cuando te encuentres en peligro, utiliza primero la cabeza. Si no funciona, usa las manos. Y si todo falla, utiliza los cojones.” Una frase con más trascendencia de la que puede parecer en un principio.
Suyo siempre,

Ricardo Bosque

MATAR Y GUARDAR LA ROPA
Carlos Salem
SALTO DE PÁGINA

lunes, 19 de mayo de 2008

David Torres, en El Mundo, 6 de mayo de 2008

AQUI NO HAY PLAYA

Matar y guardar la ropa

David Torres


Siempre da un poco de tristeza, y también de vergüenza, ver cómo está el patio literario de la capital. Cerraron ya casi todos los garitos donde la poesía podía fornicar al aire libre. Que yo sepa, sólo el Bukowski sigue vivo en la calle San Vicente Ferrer, para que todas las noches de los miércoles la peña vaya a leer sus versos como el que sube a tirarse de cabeza a un trampolín de orejas. El demiurgo del Bukowski es Carlos Salem, un madrileño de adopción con apellido de bruja a la plancha que no sólo lleva pañuelo de pirata en la cabeza sino que gasta un par de lóbulos donde sólo falta el anillo caribeño y el loro balanceándose al hombro. Carlos se mueve en el camarote marxista (rama Groucho) del Bukowski como un maestro de ceremonias de voz ronca que todavía cree que del azar puede brotar un verso con la misma facilidad que el universo se hace y se deshace en las frescas burbujas del gin-tonic. En sus ratos libres, cuando no está tras la barra, ejerce la novela negra y su último libro, Matar y guardar la ropa, que me he leído este fin de semana en apenas un tirón, tendría que dar que hablar, si hubiera justicia poética en el mundo, más que toda esa agua de sifón que inunda las librerías de la capital.
Porque, ya que hablamos de literatura y de Madrid, es sencillamente una vergüenza que una de las capitales más negras de Europa no rinda todavía el homenaje que se merece al género criminal. Hay un Gijón negro, y una Barcelona negra, y hasta una Salamanca negra y un León negro, que ya es contra-natura. Creo que hace tiempo que se postula, en esas sombras propicias donde se mueven el sombrero de Marlowe y la pipa de Sherlock Holmes, un Getafe negro. ¿A qué están esperando la Alcaldía, la Comunidad o quién diablos pinte en bastos para tomar cartas en el asunto y montar de una buena vez una semana negra o roja o lo que sea? Una ciudad que pare un apuñalamiento a la semana, varias corruptelas al año y unas cuantas novelas alfombradas de muertos, bien que se lo merece, creo yo.
En Madrid, en el barrio de Argüelles, tenemos incluso una librería especializada, Estudio en escarlata, que ha tomado su nombre del título de la primera aventura de Sherlock Holmes. Su propietario, Juan, no fuma en pipa, pero como si lo hiciera porque en sus estanterías, repletas de hallazgos y de clásicos (desde Arthur Machen a Jim Thomson) se respira ese humo balsámico que despiden los buenos libros y los buenos amigos. Aquí se mata cara a cara, sin guardar la ropa, y los cobardes no pueden disfrazarse tras sus tristes máscaras de turno.
Madrid, a pesar de sus seis millones de habitantes, es tan pequeña como un pueblo. Por eso, entre otras cosas, Madrid no tiene estatua al soldado desconocido, porque aquí nos conocemos todos.


http://hotelkafka.com/blogs/david-torres

http://espaicritic.blogspot.com/2008/05/matar-y-guardar-la-ropa-de-david-torres.html

La "cosa nostra" en pelotas

Gracias a Mariano Crespo por la mención que hace de Matar y Guardar la ropa en un acertado artículo de opinión publicado en el blog de CCOO Administración Pública de Madrid.
Texto completo, aquí:

http://www.ccoocm.es/content/view/913/135/

martes, 13 de mayo de 2008

Un asesino a sueldo en un camping nudista de Murcia




“Matar y guardar la ropa”, de Carlos Salem, aborda con ironía la crisis de los cuarenta en clave de novela negra

El libro es también un homenaje al escritor siciliano Andrea Camilleri

El pasado 7 de mayo fue presentada en Madrid la nueva novela de Carlos Salem, Matar y guardar la ropa, editada por Salto de Página. El autor hispanoargentino, que hace menos de un año debutó como novelista con Camino de Ida (de la misma editorial), confesó ser un apasionado del género negro, aunque se definió como “amante, más que novio formal” de la novela policial, y contó con el apoyo de los escritores Juan Madrid y David Torres, en sendas presentaciones, a los medios de comunicación y al público en general.
En la primera cita, en Casa de América, Juan Madrid señaló ante los periodistas que “la novela negra es el género más vivo que existe en este momento, y Matar y Guardar la ropa es una prueba más de ello”. Para el autor de Pájaro en mano, Tánger, o Días contados (y casi cuarenta títulos más), Salem “ha escrito una novela policial irónica, riéndose de los convencionalismos del género y también de las novelas de espías, pero al mismo tiempo ha construido un texto literario muy bien contado, que me ha divertido mucho”. A su juicio, este libro constituye “un comienzo extraordinario en la novela policial, tanto si decide continuar con el tono irónico como si opta por probar otros registros”. Tras asegurar que “el mundo libresco es como una plaza de toros” y prevenirlo “contra las cornadas”, Madrid se mostró satisfecho de “dar la alternativa” a Carlos Salem.
Por la tarde, en el Forum de la FNAC, fue David Torres el responsable de presentar el libro al público. El que fuera finalista del Nadal en 2003 con El gran silencio, y ganador del Premio Tigre Juan con Niños de tiza, declaró que “no es fácil descubrir a un novelista con la raza y la imaginación que tiene Carlos Salem”. Para Torres, la novela “es extraordinaria, la leí en unas horas y como una de esas partidas de póquer descubierto, en las que ves las apuestas. Y las apuestas narrativas no dejaban de subir”. El peligro de este tipo de juegos es que “al llegar al final descubras que todo es un farol y te sientas estafado, pero Salem no sólo lo resuelve, sino que además consigue elevar la tensión tremendamente”. Otro valor que rescató fue “la ternura que sabe incluir en la trama, en un tipo de novela en la que eso no es frecuente”. En cuanto a los personajes, destacó que “tienen vida propia: Los malos no son malos hasta durmiendo ni por obligaciones del guión, y los buenos también tienen sus sombras: prácticamente no hay un personaje que no tenga algo que ocultar, en un sitio como un camping nudista, en el que teóricamente no puedes esconder nada”.

Homenaje a Camilleri
Carlos Salem explicó que, “más que ironizar sobre un género del que soy un lector infatigable desde que era niño, he querido utilizar sus claves para parodiar ciertos aspectos de la vida. En especial, la llamada crisis de los cuarenta, de la que el protagonista, un asesino a sueldo y padre de familia a la vez, es una víctima más”. Para el autor, “la ironía es un medio para acercarme a temas que, de otro modo, me resultarían muy duros de tratar”. La novela es también un homenaje al escritor siciliano Andrea Camilleri, creador, entre otros libros, de la saga del comisario Montalbano, del que Salem es “forofo declarado”. De hecho, indicó que uno de los personajes de Matar y guardar la ropa lleva el nombre “traducido a medias”, del novelista italiano, “y aspectos de una personalidad que le he inventado desde la admiración más rendida”. Siguiendo a Camilleri, Salem apuesta en esta segunda novela por la sencillez de un lenguaje directo, interno incluso, ya que está narrada en presente y en primera persona por el protagonista, “y el absurdo surge porque la vida lo es por momentos”.
La novela narra cuatro días cruciales en la vida de Juan Pérez Pérez, ejecutivo medio de treinta y nueve años, divorciado y con problemas de comunicación con sus hijos. Pero Juan es también el Número Tres, eficaz asesino a sueldo de una multinacional del crimen para la que ya ha entregado quince “pedidos” en ocho años. Un encargo de última hora, durante las primeras vacaciones a solas con sus hijos, lo lleva hasta un camping nudista de Murcia, en el que Juan se encontrará con buena parte de su pasado y también con una promesa de futuro tan incierta como es el amor, mientras descubre que, en esta ocasión, la víctima puede ser él.
Según Gonzalo Torrente Malvido, autor del prólogo del libro, éste “marca un hito en el entendimiento literario del asesinato y de la novela negra, al tiempo que señala una modalidad de ficción insólita en el tratamiento estético y necesaria en la novela en general”.