martes, 29 de enero de 2008

Dos poemas viejos (no tanto como yo)

Personajes


Soy un ladrón de cuerpos
lo confieso
y temo que ni siquiera un buen ladrón
de guante blanco o navaja precisa.
Digamos ladronzuelo de momentos
cambiarles el nombre
vestirlos con palabras
o recuerdos
y sentirme dios por un momento
poniéndoles un charco en el camino.

Les tengo miedo
doméstico y cercano
pero miedo
porque los personajes
que me tienen
se me parecen en rencores y perezas
son vengativos
sin mancharse la conciencia
y cuando matan no tienen pesadillas.
Entonces si una noche
se pusieran de acuerdo
para cobrarme afrentas y fracasos
amores negados
torpezas impuestas
si una noche

decía
decidieran
pasarme la factura a tanta deuda
me apuñalarían de adjetivos
me castrarían los verbos
me envenenarían de diálogos insólitos
me torturarían con el filo de una esdrújula
o peor aún
mucho peor
me escribirían a su antojo y semejanza.

A partir de hoy
seré un buen dios
para mis personajes
nunca se sabe.


Ojos

Ojos de buey rajados
de horizonte aceitoso
de cristales salados
de ola en reposo
de metal oxidado
de barco anclado.
Ojos de ver el mar
ojos sin ojo.

Ojos de parabrisas
de café calentado
de masticar con prisas
de periódico ajado
de semáforo en rojo
siempre en rojo.
Ojos de trabajar
ojos sin ojo.

Ojos de ventanal
de cuánto hay hasta abajo
de no lo pienso más
de me importa un carajo
de carta en el bolsillo
¿me tiro o no me tiro?
Ojos de terminar
ojos sin ojo.

Ojos de no me olvides
de esta noche te llamo
de mano que despide
de sabes que te amo
de paisajes borrados
de ya se ha terminado.
Ojos de tren que va
ojos sin ojo.

Ojos de calendario
de parque atardecido
de culos solidarios
de recuerdos vencidos
de inventar batallitas
de espiar jovencitas
Ojos de la vejez
ojos sin ojo.

Ojos de buey rajados de ver el mar
Ojos de parabrisas de trabajar
Ojos de ventanal de terminar
Ojos de no me olvides de tren que va
Ojos de calendario de la vejez

Ojos de la ciudad
ojos sin ojo.

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