miércoles, 22 de febrero de 2012

De Madrid a Laponia, pasando por Eurovegas



Yo pienso deque

De Madrid a Laponia, pasando por Eurovegas
Carlos Salem

Tantos brillantes y brillosos cerebros gubernamentales estrujando sus privilegiadas meninges para buscar salidas a la crisis y frenos para la molesta tendencia del personal a no dejarse recortar lo irrecortable, y la solución saltaba a la vista.
Marca el camino, casi sin darse cuenta, Esperanza Aguirre, con la colaboración de un creativo miembro de la patronal y un magnate yanqui, de esos que se las saben todas, y si no, se las inventan.
Sólo había que unir la piezas y en un par de años volveremos a atar los perros con longanizas.  El parado que no acepte un curro, aunque sea en Laponia, que se quede sin paro, pese a haber cotizado toda su puñetera vida para tener ese derecho, declara el presidente de la Comisión de Economía y Política Financiera de la CEOE José Luis Feito.
Y todo el mundo se lanza sobre este visionario, hasta sus jefes ceoeros, que se desmarcan de la genial medida. Nadie es profeta en su tierra, señor Feito, aunque sea tierra quemada.
Por su parte, Esperanza Aguirre (tan antirrepublicana, ella, y sin embargo empeñada en hacer de Madrid su propia república churrera), dice que tal vez habría que bajarse las leyes - y lo que haga falta- para que el potentado del juego Adelson no se lleve su Eurovegas a Barcelona u otro sitio. Total, el hombre no pide casi nada: tratamiento especial en materia fiscal, no pagar Seguridad Social, permisos de trabajo a la medida de sus necesidades, tierra regalada en cantidad, y que le pongan Cercanías, Metro y AVE en la puerta del casino.
 Y aquí está la clave para que este Mister Marshall con las mangas llenas de ases no pase de largo, y para resolver todos nuestros problemas.
El Metro de Madrid, el más barato y bonito del mundo según Aguirre, debería llegar no sólo hasta Eurovegas, sino también hasta Laponia, para que los parados que reciban ofertas de allí puedan acudir a diario al currelo. Y hasta Valencia, para poder mandar antidisturbios en minutejos cada vez que peligrosos terroristas armados con libros reclamen algo. Y ya puestos, hasta Berlín, oye, por si la sita Merkel tiene que despachar con Rajoy y anda corta de tiempo.
Como siempre, el amigo americano indica el camino del futuro, y no sería raro que los jefes del señor Feito (¿con o sin tilde?) acudan al boss Adelson para evitar el conflicto social y profundizar (verbo inquietante en un caso como el presente) en la reforma laboral que les supo a poco.
¿Quieren despido libre y los sindicatos y los trabajadores no?
¿Por qué no jugarse el asunto a la carta más alta en Eurovegas?
¿Una conquista anacrónica como el derecho a huelga es un escollo para el florecimiento de la ecomonía de unos pocos?
Pues se decide apostando en la ruleta o, mejor aún, en una tragaperras de la marca Franco, que seguro que esas no las quitan.
Lo mismo con la píldora del día después, la Ley del Aborto y todas esas medidas urgentes y fundamentales para salir de la crisis que desvelan a nuestros recién  estrenados -y tan gastados ya- gobernantes.
Yo, en su lugar, me ahorraba una buena pasta en sueldos de diputados y todo eso que por unos años será un mero adorno, firmaba un acuerdo con Mr Adelson y confiaba el asunto al azar de los casinos.
Total, ya se sabe: siempre gana la banca.

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