Martes, 30 de junio de 2009
20:00 h. Entrada libre
Plaza de Cibeles, 2. 28014 Madrid
www.casamerica.es
Ciclo
La creación en el exilio@iberoamericanos.es
Mesa redonda - conversación
La España cultural en la que vivo
PARTICIPAN:
Vladimir Cruz, CINEASTA (CUBA),
Carlos Salem, ESCRITOR (ARGENTINA) y
Consuelo Triviño, ESCRITORA (COLOMBIA)
PRESENTA Y MODERA: Jorge Eduardo Benavides
CICLO: LA CREACIÓN EN EL EXILIO@IBEROAMERICANOS.ES
Tradicionalmente, España ha sido uno de los destinos
preferidos de artistas, escritores e intelectuales
hispanoamericanos. Se trate de un exilio o de una decisión
personal, esa mudanza ha cambiado al ritmo que cambia
el mundo, de manera que es lícito preguntarse hasta qué
punto los ordenadores, internet, el e mail y en general las
nuevas tecnologías han modificado nuestra perspectiva
del exilio en el ámbito de la creación artística. En el ciclo
«La creación en el exilio@iberoamericanos.es», los
creadores hispanoamericanos radicados en España nos
ofrecerán un balance de esa nueva situación que supone
vivir, crear y trabajar en otro país.
Jorge Eduardo Benavides
Coordinador
sábado, 27 de junio de 2009
viernes, 26 de junio de 2009
Mucho mejor que Rocky I
La poesía pega o no pega, y cuando pega, pega.
No basta con bailar en el cuadrilátero, aunque un buen juego de pierna siempre ayuda. Pero para noquear al que lee,hacen falta palabras de verdad,rotundas, huesudas y rabiosas. De poco vale montar una guardia vistosa porque las hostias vienen, siempre vienen, y la vida nunca tira la toalla -que en realidad es un esponja, menuda paradoja- hasta que no es demasiado tarde.
Barrueco y Das, con la complicidad del viejo mánager Marcus Versus, que sabe todos los trucos del oficio pero ningún tongo, han organizado esta velada de boxeo con sus propios recuerdos y no hacen ni puto caso de la campana que impone treguas transitorias. Los rounds se suceden sin descanso, sin llevar la cuenta de los puntos en juego. Porque sólo les vale el KO.
Y cuando terminas el libro, te encuentras sentado de culo en la lona, con la absurda sonrisa del que se ríe de los tópicos. Cómo diría Soldati, "Lo importante no es ganar, sino hacer que pierda le otro". Y el otro, en este caso, no es el poeta vecino de edición, desde luego, sino los recuerdos magullados que se reponen de la paliza en el vestuario y no quieren ni oír hablar de revancha.
Los púgiles, mientras tanto, se han ido a tomar unas cervezas y a brindar por las derrotas de mañana, porque a las de ayer ya les han dado su merecido.
Un libro de los que hay que leer. guardar a mano y volver a leer cada cierto tiempo.
Cuando muchos de nuestros "poemarios" (horrible palabra con ecos de urinario y obituario), sean olvido amarillento, "No hay camino al paraíso" seguirá en su esquina, esperando que suene la campana para noquear a nuevos lectores desprevenidos.
martes, 23 de junio de 2009
Salto de Página en Literalia TV
(Si no se ve bien, pinchar abajo)
http://www.literalia.tv/programacion/anaqueles-ocultos/especial-editorial-02.asp
sábado, 20 de junio de 2009
"Pero sigo siendo el rey", en El Cultural de El Mundo
Pero sigo siendo el rey
Carlos Salem Salto de Página.
Madrid, 2009. 352 pp., 21,95e.
Dice no ser español ni argentino sino “argeñol”, hombre de ninguna parte y de todas a la vez. Dice haber nacido en la Semana Negra de Gijón, con Camino de ida, para más señas, y siguió esa dirección con el irreverente y tronchante lance de Matar y guardar la ropa, tras el que volcó su inclasificable ímpetu narrativo en relatos (Yo también puedo escribir una jodida historia de amor) que nada dicen de asuntos policiales pero se expresan con la misma distancia irónica frente a cualquier indicio de trascendencia.
¡Ah!, y para quienes tengan conocimiento de la materia tratada en cada historia dice también que en esta tercera novela se vio obligado a hacer retornar a algunos de sus personajes anteriores, el ex guerrillero Soldati, por ejemplo, o a Arregui, el detective “tristón” que surgió del mexicano Belascoarán, secundario en la anterior, donde destacó por una ejemplar misión: salvar la vida al rey. Esa acción marcó su vida de tal manera que reaparece en esta nueva ficción, cinco años después de aquello, con 44 años, retirado de la policía, siempre con el ánimo sobrecogido por la culpa frente a una relación que acabó de la peor manera, y perseguido por la leyenda de la “medalla” merecida en aquel acto heroico. De todo ello dejamos constancia, pero hay que añadir que este avasallador narrador, independiente, y nada convencional, imprevisible e imprescindible para quien guste de tramas inclasificables, y más para quien suele acudir al reclamo de la novela policíaca, se atreve con todo. El nuevo reto le lleva a servirse de la parodia como dispositivo que mueve la construcción, la intención y el sentido de la novela. Para ello hace regresar al ex policía Arregui y le encomienda una misión disparatada y absurda, términos que adjetivan y sustantivan un estilo merecedor de toda clase de confianza, pues si el exceso es la única relativa objeción de la que puede ser objeto, el humor, procaz y tierno, protege y vertebra una composición argumental tejida con un arriesgado cruce de perspectivas, entre vaivenes temporales que trenza pasado y presente de la vida de los personajes y de la cada vez menos reciente historia de España. Un estilo, en fin, que logra sazonar con sorna y respeto a raudales el peso de males mayores: las culpas que nos persiguen y nos “frenan”, la memoria que no nos deja vivir, o la ausencia de recuerdos que habrían hecho de nuestra vida otro discurso… La trama que ilustra todo esto suma al protagonismo de “Arregui” el del rey “Juan Carlos I”, y les erige a ambos en la pareja protagonista de una huida sin sentido, al ritmo de la ranchera que ilustra el título, unas semanas antes de navidad, por los pueblos de Portugal y España, disfrazado este último de manera estrafalaria para no ser reconocido, pues aun sin saber quién está detrás de esa encarnizada persecución, se resiste a regresar hasta que no logre encontrar lo que busca en un pasado que no está seguro de haber vivido. Sobran los motivos para confiar en nuevos encuentros con Arregui. Porque aquí, realmente -como escribe J.R.Biedma en el prólogo-, acierta. De pleno.
Pilar CASTRO
miércoles, 17 de junio de 2009
Entrevista de Armando Rodera
Con motivo de la reciente presentación del último libro de Carlos Salem, titulado "Pero sigo siendo el rey", he tenido la oportunidad de charlar tranquilamente con el autor sobre dicha novela, su carrera literaria y otros asuntos de interés. Os dejo a continuación el resultado de tan interesante conversación.
P: En tu obra “Pero sigo siendo el rey”, uno de los protagonistas es Arregui, un detective privado que ya había surgido en anteriores obras. Del mismo modo aparecen en esta trama Soldati y Octavio, secundarios de lujo en esta ocasión pero actores principales en historias recientes. Cuéntanos brevemente los motivos de este juego de caracteres. ¿Con cuál de estos personajes te sientes más identificado? ¿Cuál es el más difícil a la hora de narrar sus desventuras?
R: Creo que no es algo intencionado, pero como, hasta ahora, todas mis novelas transcurren en la actualidad, con algunos años de diferencia, me atrae comprobar lo que el tiempo ha hecho con los personajes. En el caso del detective Arregui, llevaba conmigo más de cinco años, con su historia personal completa y sus derrotas. Sólo necesitaba hallar un caso a su medida para empezar a contarlo. Y decidí utilizarlo como secundario en mi segunda novela, “Matar y guardar la ropa”, porque necesitaba a un policía duro y al mismo tiempo, herido, humano. Ese era Arregui, antes de dejar el cuerpo. Al comenzar “Pero sigo siendo el rey”, tenía claro que él sería el protagonista. En cuanto a Soldati y Octavio Rincón, son los ejes de “Camino de ida”, mi primera novela, y durante estos dos años han sido muchos los lectores, conocidos o que me lo decían por mail o en ferias, que reclamaban su vuelta. No podían protagonizar otra aventura, pero si hacer de secundarios “de lujo” en esta tercera novela.
No sabría decir con cuál me identifico más, cada uno lleva algo de lo que soy, de lo que quisiera ser y de lo que nunca seré. Y sé, por otros compañeros novelistas, que les ocurre algo parecido. Ninguno es más difícil que el que te espeja por completo. Y hasta el momento, he logrado esconderme bien detrás de estos seres de papel.
P: En tu obra aparece otro protagonista que dará mucho que hablar: el rey Juan Carlos I de Borbón. ¿Cuáles fueron las razones que te llevaron a plantearte el incluir a dicho personaje en la historia? Huyendo también de cualquier tipo de escándalo, ¿creísteis que esto podría acarrear algún problema en la edición de la obra?
R: Empecemos por el final: no creo que tengamos problema alguno. Aunque todo el mundo me dice que es lo mejor que podría ocurrirme. Prefiero que mis libros lleguen por el boca a boca entre lectores, o por el oficio de editores de blogs y webs y críticos de prensa escrita. Cuando te compran por un escándalo, nunca sabes si tu libro vende por que gusta o por el escándalo. Y esa es una duda jodida para un escritor. Claro que si te machacas la cabeza con ella junto a una playa del Caribe...
El rey se eligió solo para su papel en la novela, y por varios motivos. El primero fue que ya formaba parte de la historia de Arregui, como se explicó en “Matar y guardar la ropa”. Yo quería un detective viable, que estuviera jodido pero no económicamente, sino en su estado de ánimo. Y cuando inventé a Arregui, le creé ese episodio decisivo en el que salva al rey casi por casualidad, al mismo tiempo en que su vida cambia para siempre. De ese modo, cuando deja la policía para montar su agencia, hay docenas de empresas “pelotas” que lo contratan porque se ha corrido el rumor de que es un protegido del rey. Y eso, a Arregui, le jode cantidad. De modo que, ¿qué mejor forma de iniciar sus aventuras que uniéndolo al hombre que ha influido tanto en su vida, aunque fuera sin querer?
Además, de Juan Carlos I siempre me atrajo esa figura del niño de 10 años, en Estoril, que juega como un niño mientras su familia decide y sella su futuro para siempre... Esto no supone ni un apoyo ni un ataque a la figura real, sino una búsqueda dentro de alguien convertido en personaje...
P: La obra se lee de un tirón, con un gran ritmo que nos absorbe sin dudarlo hasta llegar al último capítulo. Parte de las premisas de una novela negra, pero luego desemboca en una impactante “road-movie” que no deja descansar al lector ni un instante. ¿La trama policíaca es el medio o quizás el fin que buscas para contar la historia que tienes en mente?
R: En el mundo actual, casi toda novela es, por definición, policial al menos en parte.Yo amo el género y creo que eso se nota: hace poco Paco Ignacio Taibo II me decía que Arre gui es un personaje muy muy chandleriano, que es lo que yo buscaba. Ahora bien, creo que los géneros están para jugar con ellos, usar sus elementos para contar lo que quieres, y yo quería contar la historia de un hombre viejo que sale a reclamar su infancia y un hombre que teme envejecer en soledad. En cuanto a lo de “road-movie”, es cierto que tengo una debilidad por ese tipo de tramas, pero es que toda novela es un viaje, o debería serlo, aunque los personajes no se muevan de su propio barrio. “A timba abierta”, por ejemplo, la excelente novela de Oscar Urra, transcurre en un radio que no supera los 200 metros cuadrados, pero es toda una travesía por la vida de los personajes y de la sociedad española...
P: Hablando de esta última novela o también de tu obra en general, nos gustaría saber como te enfrentas a la difícil tarea de desarrollar una historia y sus personajes. ¿Está todo predeterminado, con un guión ya planificado además de tramas y personajes ya esbozados? ¿O quizás las ideas fluyen en tu mente y según vas escribiendo la historia te va atrapando sin remedio, llevándote por derroteros que quizás no pensabas explorar?
R: Yo trabajo según un método suicida que me proporciona muchas alegrías y muchos dolores de cabeza. Tengo una idea, juego con ella, dejo que asomen algunos personajes, situaciones, un eje. Y sigo pensando en ella, hasta que aparecen caracteres, hechos y casi siempre, el final hacia el que conduce todo. Sólo entonces me siento y escribo, por lo general 70 y 80 páginas, lo que sería el primer acto. Y la dejo, para que vaya cociendo sola en mi cabeza, a fuego lento. A veces la dejo por unos meses, a veces por unos años, en los que inicio otras novelas. Y un buen día el caldo está a punto y surgen los detalles que faltaban, esos que no valen si los amasas a partir de tópicos, y es entonces cuando me siento a escribir y la termino. En cuanto a los derroteros, niego esa leyenda sobre personajes que se escriben solos. Creo que los novelistas somos unos cabrones que les van poniendo pruebas y según como las superen, decidimos el rumbo. Aunque siempre sé hacia donde nos llevará la trama y es raro que ataque la escritura definitiva de una novela sin conocer antes cuál será la última frase del libro.
P: Carlos Salem se mueve como pez en el agua en el género negro, pero también cultiva con éxito otros géneros como la poesía o el relato. Recientemente has sido galardonado también con un premio de novela romántica. ¿Cuál es el género que más te gusta, en el que te sientes más cómodo y por qué? ¿Hay alguna razón especial que te lleve a diversificar tanto tu prolífica obra?
R: Creo que el estilo de un escritor está formado por varios registros diferentes en los que siempre se lo puede reconocer. Hay temáticas, ritmos, usos del lenguaje que son nuestras huellas digitales. De modo que cada género sirve como marco para contar la historia que nos apetece contar. “Cracovia sin ti”, por ejemplo, el libro que ganó el premio Seseña de novela romántica y que se editará en enero de 2010, no es un Corín Tellado ni nada que se le parezca, pero como tiene de fondo una historia de amor, pues utilizo algunos elementos, pero sigue siendo una novela mía, con lo bueno y lo malo que eso tenga. En el género negro me siento a gusto porque siempre expones una situación límite, en la que los personajes tienen que tomar decisiones cruciales, y eso siempre ayuda. No creo que diversifique mi obra, más bien la concentro con el fin que explicaba antes: todos son libros míos. Y como llevo casi veinte años escribiendo según el método suicida que comentaba, tengo mucho material en la cocina y me gusta publicarlo para que no se queme... Los relatos son un juego delicioso, la esencia de la narrativa, y si puedes reunir parte de ellos en torno a un eje, como hice en “Yo también puedo escribir una jodida historia de amor”, lo haces y disfrutas con ello y con la reacción de los lectores. En cuanto a la poesía, escribo poemas desde los 10 años, aunque por suerte de esa época no queda nada. Hace unos meses, la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker me ofreció editar “Si dios me pide un bloody mary”, que reúne parte de mis poemas de los dos últimos años, y como el proyecto me gustó y los compañeros de viaje más todavía, así nació el libro y sigue vivo, que es lo que importa.
P: Para terminar nos gustaría conocer de boca del autor alguna anécdota curiosa que haya surgido a la hora de escribir esta novela tan original, ya sea durante su fase inicial de planteamiento, documentación, escritura o promoción de la misma.
R: Hace unos meses, cuando abordamos la edición final y la corrección definitiva del original, una noche soñé que el rey abdicaba en favor de su hijo y me jodía la novela. Y el sueño fue tan real que durante días estuve inquieto y atento a los telediarios, por si ocurría algo parecido. Otra cosa curiosa que ocurrió fue la reacción de mis lectores “de prueba”, amigos vinculados o no a la literatura, a quienes envío siempre el primer original de mis libros antes incluso de mandarlos a mi editorial. Muchos de ellos, republicanos o de izquierdas, me decían que, tras leer la novela, el personaje del rey les resultaba tan simpático que al ver al de carne y hueso en la tele, lo imaginaban en las situaciones que yo había inventado y les caía bien. No fue algo buscado sino que mi Juanito de ficción tiene muchos giros y actitudes fácilmente adjudicables al rey de verdad, a quien he enviado el libro. Espero que llegue a sus manos y que pase un buen rato leyéndolo.
Muchas gracias por todo, Carlos. Un placer haber charlado contigo.
Texto completo de una de las mejores entrevistas que me han hecho, en
http://vivenciasdeunescritornovel.blogspot.com/2009/06/entrevista-carlos-salem.html
P: En tu obra “Pero sigo siendo el rey”, uno de los protagonistas es Arregui, un detective privado que ya había surgido en anteriores obras. Del mismo modo aparecen en esta trama Soldati y Octavio, secundarios de lujo en esta ocasión pero actores principales en historias recientes. Cuéntanos brevemente los motivos de este juego de caracteres. ¿Con cuál de estos personajes te sientes más identificado? ¿Cuál es el más difícil a la hora de narrar sus desventuras?
R: Creo que no es algo intencionado, pero como, hasta ahora, todas mis novelas transcurren en la actualidad, con algunos años de diferencia, me atrae comprobar lo que el tiempo ha hecho con los personajes. En el caso del detective Arregui, llevaba conmigo más de cinco años, con su historia personal completa y sus derrotas. Sólo necesitaba hallar un caso a su medida para empezar a contarlo. Y decidí utilizarlo como secundario en mi segunda novela, “Matar y guardar la ropa”, porque necesitaba a un policía duro y al mismo tiempo, herido, humano. Ese era Arregui, antes de dejar el cuerpo. Al comenzar “Pero sigo siendo el rey”, tenía claro que él sería el protagonista. En cuanto a Soldati y Octavio Rincón, son los ejes de “Camino de ida”, mi primera novela, y durante estos dos años han sido muchos los lectores, conocidos o que me lo decían por mail o en ferias, que reclamaban su vuelta. No podían protagonizar otra aventura, pero si hacer de secundarios “de lujo” en esta tercera novela.
No sabría decir con cuál me identifico más, cada uno lleva algo de lo que soy, de lo que quisiera ser y de lo que nunca seré. Y sé, por otros compañeros novelistas, que les ocurre algo parecido. Ninguno es más difícil que el que te espeja por completo. Y hasta el momento, he logrado esconderme bien detrás de estos seres de papel.
P: En tu obra aparece otro protagonista que dará mucho que hablar: el rey Juan Carlos I de Borbón. ¿Cuáles fueron las razones que te llevaron a plantearte el incluir a dicho personaje en la historia? Huyendo también de cualquier tipo de escándalo, ¿creísteis que esto podría acarrear algún problema en la edición de la obra?
R: Empecemos por el final: no creo que tengamos problema alguno. Aunque todo el mundo me dice que es lo mejor que podría ocurrirme. Prefiero que mis libros lleguen por el boca a boca entre lectores, o por el oficio de editores de blogs y webs y críticos de prensa escrita. Cuando te compran por un escándalo, nunca sabes si tu libro vende por que gusta o por el escándalo. Y esa es una duda jodida para un escritor. Claro que si te machacas la cabeza con ella junto a una playa del Caribe...
El rey se eligió solo para su papel en la novela, y por varios motivos. El primero fue que ya formaba parte de la historia de Arregui, como se explicó en “Matar y guardar la ropa”. Yo quería un detective viable, que estuviera jodido pero no económicamente, sino en su estado de ánimo. Y cuando inventé a Arregui, le creé ese episodio decisivo en el que salva al rey casi por casualidad, al mismo tiempo en que su vida cambia para siempre. De ese modo, cuando deja la policía para montar su agencia, hay docenas de empresas “pelotas” que lo contratan porque se ha corrido el rumor de que es un protegido del rey. Y eso, a Arregui, le jode cantidad. De modo que, ¿qué mejor forma de iniciar sus aventuras que uniéndolo al hombre que ha influido tanto en su vida, aunque fuera sin querer?
Además, de Juan Carlos I siempre me atrajo esa figura del niño de 10 años, en Estoril, que juega como un niño mientras su familia decide y sella su futuro para siempre... Esto no supone ni un apoyo ni un ataque a la figura real, sino una búsqueda dentro de alguien convertido en personaje...
P: La obra se lee de un tirón, con un gran ritmo que nos absorbe sin dudarlo hasta llegar al último capítulo. Parte de las premisas de una novela negra, pero luego desemboca en una impactante “road-movie” que no deja descansar al lector ni un instante. ¿La trama policíaca es el medio o quizás el fin que buscas para contar la historia que tienes en mente?
R: En el mundo actual, casi toda novela es, por definición, policial al menos en parte.Yo amo el género y creo que eso se nota: hace poco Paco Ignacio Taibo II me decía que Arre gui es un personaje muy muy chandleriano, que es lo que yo buscaba. Ahora bien, creo que los géneros están para jugar con ellos, usar sus elementos para contar lo que quieres, y yo quería contar la historia de un hombre viejo que sale a reclamar su infancia y un hombre que teme envejecer en soledad. En cuanto a lo de “road-movie”, es cierto que tengo una debilidad por ese tipo de tramas, pero es que toda novela es un viaje, o debería serlo, aunque los personajes no se muevan de su propio barrio. “A timba abierta”, por ejemplo, la excelente novela de Oscar Urra, transcurre en un radio que no supera los 200 metros cuadrados, pero es toda una travesía por la vida de los personajes y de la sociedad española...
P: Hablando de esta última novela o también de tu obra en general, nos gustaría saber como te enfrentas a la difícil tarea de desarrollar una historia y sus personajes. ¿Está todo predeterminado, con un guión ya planificado además de tramas y personajes ya esbozados? ¿O quizás las ideas fluyen en tu mente y según vas escribiendo la historia te va atrapando sin remedio, llevándote por derroteros que quizás no pensabas explorar?
R: Yo trabajo según un método suicida que me proporciona muchas alegrías y muchos dolores de cabeza. Tengo una idea, juego con ella, dejo que asomen algunos personajes, situaciones, un eje. Y sigo pensando en ella, hasta que aparecen caracteres, hechos y casi siempre, el final hacia el que conduce todo. Sólo entonces me siento y escribo, por lo general 70 y 80 páginas, lo que sería el primer acto. Y la dejo, para que vaya cociendo sola en mi cabeza, a fuego lento. A veces la dejo por unos meses, a veces por unos años, en los que inicio otras novelas. Y un buen día el caldo está a punto y surgen los detalles que faltaban, esos que no valen si los amasas a partir de tópicos, y es entonces cuando me siento a escribir y la termino. En cuanto a los derroteros, niego esa leyenda sobre personajes que se escriben solos. Creo que los novelistas somos unos cabrones que les van poniendo pruebas y según como las superen, decidimos el rumbo. Aunque siempre sé hacia donde nos llevará la trama y es raro que ataque la escritura definitiva de una novela sin conocer antes cuál será la última frase del libro.
P: Carlos Salem se mueve como pez en el agua en el género negro, pero también cultiva con éxito otros géneros como la poesía o el relato. Recientemente has sido galardonado también con un premio de novela romántica. ¿Cuál es el género que más te gusta, en el que te sientes más cómodo y por qué? ¿Hay alguna razón especial que te lleve a diversificar tanto tu prolífica obra?
R: Creo que el estilo de un escritor está formado por varios registros diferentes en los que siempre se lo puede reconocer. Hay temáticas, ritmos, usos del lenguaje que son nuestras huellas digitales. De modo que cada género sirve como marco para contar la historia que nos apetece contar. “Cracovia sin ti”, por ejemplo, el libro que ganó el premio Seseña de novela romántica y que se editará en enero de 2010, no es un Corín Tellado ni nada que se le parezca, pero como tiene de fondo una historia de amor, pues utilizo algunos elementos, pero sigue siendo una novela mía, con lo bueno y lo malo que eso tenga. En el género negro me siento a gusto porque siempre expones una situación límite, en la que los personajes tienen que tomar decisiones cruciales, y eso siempre ayuda. No creo que diversifique mi obra, más bien la concentro con el fin que explicaba antes: todos son libros míos. Y como llevo casi veinte años escribiendo según el método suicida que comentaba, tengo mucho material en la cocina y me gusta publicarlo para que no se queme... Los relatos son un juego delicioso, la esencia de la narrativa, y si puedes reunir parte de ellos en torno a un eje, como hice en “Yo también puedo escribir una jodida historia de amor”, lo haces y disfrutas con ello y con la reacción de los lectores. En cuanto a la poesía, escribo poemas desde los 10 años, aunque por suerte de esa época no queda nada. Hace unos meses, la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker me ofreció editar “Si dios me pide un bloody mary”, que reúne parte de mis poemas de los dos últimos años, y como el proyecto me gustó y los compañeros de viaje más todavía, así nació el libro y sigue vivo, que es lo que importa.
P: Para terminar nos gustaría conocer de boca del autor alguna anécdota curiosa que haya surgido a la hora de escribir esta novela tan original, ya sea durante su fase inicial de planteamiento, documentación, escritura o promoción de la misma.
R: Hace unos meses, cuando abordamos la edición final y la corrección definitiva del original, una noche soñé que el rey abdicaba en favor de su hijo y me jodía la novela. Y el sueño fue tan real que durante días estuve inquieto y atento a los telediarios, por si ocurría algo parecido. Otra cosa curiosa que ocurrió fue la reacción de mis lectores “de prueba”, amigos vinculados o no a la literatura, a quienes envío siempre el primer original de mis libros antes incluso de mandarlos a mi editorial. Muchos de ellos, republicanos o de izquierdas, me decían que, tras leer la novela, el personaje del rey les resultaba tan simpático que al ver al de carne y hueso en la tele, lo imaginaban en las situaciones que yo había inventado y les caía bien. No fue algo buscado sino que mi Juanito de ficción tiene muchos giros y actitudes fácilmente adjudicables al rey de verdad, a quien he enviado el libro. Espero que llegue a sus manos y que pase un buen rato leyéndolo.
Muchas gracias por todo, Carlos. Un placer haber charlado contigo.
Texto completo de una de las mejores entrevistas que me han hecho, en
http://vivenciasdeunescritornovel.blogspot.com/2009/06/entrevista-carlos-salem.html
lunes, 15 de junio de 2009
viernes, 12 de junio de 2009
Arregui y el rey en el diario "Público"
El rey Juan Carlos, en una disparatada novela negra
Carlos Salem embarca al monarca y a un detective en una road movie a lo largo de España en Pero sigo siendo el rey
JESÚS ROCAMORA - MADRID - 12/06/2009 07:21
Un buen día, el rey Juan Carlos desaparece, dejando tras de sí una misteriosa nota: "Me voy a buscar el niño. Volveré cuando lo encuentre. O no. Feliz Navidad". A falta de un mes para el año nuevo, las autoridades están nerviosas. ¿Y qué pasa si no ha vuelto para grabar su tradicional mensaje? Todo apunta a que es un trabajo para José María Arregui, un ex policía metido a detective chandelriano con dos habilidades: romper narices y cambiar de disfraz, como Mortadelo. "España me necesita", piensa Arregui cuando le encargan encontrar al rey. "España va de culo", concluye.
Este es el punto de partida y los dos protagonistas principales de Pero sigo siendo el rey (Salto de Página), "una novela negra con mucho de road movie y algo de alegoría", dice su autor, el argentino Carlos Salem (Buenos Aires, 1959). Según cuenta, la idea de meter al rey como coprotagonista de su novela tiene mucho que ver con el personaje que durante todos estos años hemos ido creando alrededor del monarca: "Juanito, que es como le llama Arregui, da mucho juego".
Salem lleva veinte años en España y "es un figura que siempre está presente en las conversaciones, para los chistes, para lo serio, para las críticas. En su día investigué a los personajes de aquí y me impactó la imagen de ese niño de 10 años que, en 1948, cuando está en Estoril, su familia decide entregarlo a Franco. Es decir: con 10 años, tu familia decide tu futuro. Para siempre".
A esto se suma un conocimiento "a dos metros de distancia" de Juan Carlos que Salem tiene de sus años como periodista, en los que "me llamó la atención ese carácter de niño grande, sus detalles con los fotógrafos, con la que se escapa para hablar, contar chistes, echar unas risas. A partir de ahí, me inventé un personaje". Nada raro en quien ya metió en su primera novela, Camino de ida (2007), a Carlos Gardel, que resulta que quiere matar a Julio Iglesias "por cantar los tangos como los canta".
Aquel famoso El Jueves
A pesar de que ha jugado desde el lanzamiento del libro con las consecuencias de tocar a un intocable como el rey (ahí está el prólogo del libro, firmado en 2048, después de que el autor fuera borrado del mapa por "fuerzas oscuras"), Salem no considera que la osadía tenga mayores consecuencias, como la famosa portada de El Jueves. "Creo que no hay una toma de postura con respecto a la Casa Real seria, ni de los que están a favor ni de los que están en contra. Ya no hay ese miedo que había cuando llegué en el 88, con el golpe de Tejero reciente", afirma.
Hablando de Tejero y España, el país que pinta Salem en Pero sigo siendo el rey es, en parte, el actual, con referencias de lo más cotidianas, pero en parte también "esa España que existe a 200 metros de cualquier autovía, frenada en el tiempo, en muchos aspectos tardo-franquista".
Salem se mueve bien en todas las distancias: en esta feria del libro también está presente con un volumen de relatos, Yo también puedo escribir una jodida historia de amor (Ediciones Escalera) y otro de poesía, Si dios me pide un bloody mary (Editorial Ya lo dijo Casimiro Parker). Pero para los que han quedado prendados de la novela, avisa de que el detective Arregui volverá en el futuro, "aunque no necesariamente en compañía del rey". Vaya, con lo buena pareja que hacían.
Foto: Carlos Salem, ayer en el Retiro después de una sesión de firmas con los lectores. - GABRIEL PECOT
(Reseña en el original en:)
http://www.publico.es/culturas/231796/rey/juan/carlos/disparatada/novela/negra
lunes, 8 de junio de 2009
una vez al año, no hace daño (o sí)
VOLVEMOS A LA CARGA
(Por su contenido tóxico-sentimental, este recital sólo se realiza una vez al año. Habiendo tantos canales de televisión disponibles, los autores no se responsabilizan de los daños que pueda causar la asistencia al mismo)
Escandar Algeet/ Carlos Salem
ASOCIACION CULTURAL PIPO
Travesía de la primavera,3
METRO LAVAPIES
MIERCOLES 10 DE JUNIO
21.30 HORAS
Casimiro, Octavio, Arregui, Juan Pérez, el rey y yo, en Ginebra
(La condena del desorganizado -si no aprende a olvidar y uno no quiere), es comenzar todo por el final, por lo más reciente. En estos meses han ocurrido tantas cosa,s viajes y gentes, que no hago más que quedar mal conmigo mismo y con los demás, retrasando fotos y post en el blog para cuando pueda hacerlo bien y me temo que nunca aprenderé. Así que empiezo por lo más reciente y me prometo recuperar fotos y momentos de Gijón, Ibiza, París y tantas otras citas recientes en las que fui bien recibido y partí con ganas de volver.)
Borges en bicicleta
Dicen que aquí Borges lleva años haciéndose el muerto para pasear en bicicleta sin que nadie lo molesta. Puede ser. Tabién puede ser que un ciego pedalee sin peligro de atopello en una ciudad en la que las viejas no se asustan de mis pintas cuando me acerco en su ayuda para abrirles la puerta del hotel desde fuera, o los policías me sonríen en lugar de palparse la cartuchera con la reglamentaria.
Una ciudad en la que se habla francés pero se bebe cerveza como si estuviéramos en la parte alemana de Suiza, que también tiene una parte italiana.
Y sin saberlo, o sabiéndolo y disfrutando de ello, Ginebra tiene una parte que habla, sueña y piensa en español.
Se llama Librería Albatros y lleva casi 30 años remando en nuestro idioma, reuniendo a hispoanoamericanos y suizos que aman esta lengua, soplando cultura sin mayúsculas, acaso porque Rodrigo Díaz, que va a los pedales, sabe que las mayúsculas vienen siempre después de un punto y aparte y él apuesta por los puntos suspensivos.
Con la complicidad del Instituto Cervantes de Lyon, Rodrigo contrabandea poetas y narradores de habla hispana a Ginebra, y no mira el ránking de ventas o los premios,sino los libros. Cosa rara, dirán ustedes, en un librero. Pero por suerte quedan mcuhos que lo hacen todavía.
Allí llegamos, el sábado, Casimiro Parker, Octavio Rincón, el Número Tres,El rey la chica autora del pedo más bello del mundo y yo, (todos con un sólo billete, tiene mérito), para presentarnos en la ciudad helvética y con miedo a meter la pata. Igual lo hicimos, no lo sé. Pero en ese caso, que no se culpe a mis personajes sino a mí. En el local de Albatros, pese a la lluvia que había caído con violencia nada suiza, los asistentes tuvieron que tragarse la charla que di, inconexa, como siempre, pero sincera. Lo único que he aprendido en estos dos años de publicar libros y presentarlos, es que no me sirve ni me gusta prepararme un discurso conveniente, y que la corrección política es un tipex que siempre te acaba manchando los dedos.
Hablé de las novelas, de los cuentos y los poemas. Y también de los proyectos que vienen. Leí dos cuentos del libro y una sarta de poemas impertinentes que me siguen gustando cuando los leo ante un público nuevo.
Contesté sinceramente a las preguntas inteligentes del escritor cubano José García Simón y me llevé la sorpresa de una plaquette con mi poema "Buscadores de oro", realizada por el poeta Sergio Cáceres.Pero lo más importante: conocí a gente que vive los libros como un viaje y el español como la maleta en la que llevar esas vivencias. Cosa rara, entre personas que hablaban tres idiomas como mínimo, yo, que penas hablo español y mal, creo haberme hecho entender. Luego fue la charla, las cervezas, los proyectos de volver pronto,tal vez un taller después del verano, puede que una revista para que los 30 años de Albatros no pasen inadvertidos,y la sensación de estar en casa, ahora que otra vez no tengo casa.
Me quedarán nombres en el tintero (menuda chorrada, ya nadie usa tinteros),pero prometo recuperarlos, así como más fotos.
Entre tanto, no se me puede olvidar el entusiasmo lector y la calidez de Loretta y Gina, indispensables para que e albatros siga planeando mientras Rodrigo pedalea, la cordialidad de Martina, la vociferante euforia constructiva de Santiago, la inquietante curiosidad de Gabriela...
Me faltan nombres, digo, pero los recuperaré, porque tenía que ser en Ginebra, después de más de 20 años en europa, donde comprendiera, por fin, qué coño es ser hispanoamericano.
Y me gustó.
Fue una maratón de 24 horas en una ciudad en la que ni siquiera yo puedo ponerme nervioso. Y eso que el viaje empezó al estilo IBERIA, hubo que pagar dos veces un billete que ya estaba pagado,(de no mediar la presencia de Ada, que esta vez merecío la "H", me quedaba con cara de T4 hastaNavidad, por lo menos), sortear el laberinto infernal de la T4 (ahí te hubiera querido ver, Dante), y todo lo que implica recorrer pasillos y pasillos señalizados por mano artera, con la sensación de que nunca pillarás el jodido vuelo. Pero fue llegar a Ginebra y saber que todo iba a otro ritmo, la vida en bicicleta y hasta los punkies disculpandose si tropezaban contigo en la acera, aunque la culpa fuera tuya.
Antes de comer, Rodrigo me llevó a la visita obligada que no obligatoria: la tumba de Borges, que bien podría tener cientos de años. Una lápida de reminiscencias vikingas y un entorno sencillo, en el que el poeta escuchará, cuando se retire por las noches a descansar, el silencio que le llene de imágenes la cabeza.
De camino, nos topamos con tumbas discretas pero llamativas, como la de la foto, y Rodrigo y yo llegamos a la deducción e que ahí descansaba el abuelo de Harry Potter y ha se habría podido estirar el niño mago con un mausoleo por todo lo alto, con la pasta que ha ganado...
Y detrás de la tumba de Borges, vecina que alegrará las noches del ciego,la de Griselidis Real,"escritora, pintora y prostituta", siempre cubierta de de flores. Rodrigo me contó que cuando murió, en 2005, y decidieron enterrarla tan cerca del escritor, el núcleo bienpensante ginebrino protestó, pero no hubo caso. Seguro que Borges agradece la compañía, e incluso, algunas noches, cuando Ginebra duerme, la monta en el caño de su bicicleta y salen a recorrer los antros que no pude hallar en tan pocas horas, pero seguro que existen en la ciudad.
Irreverente que es uno, le planté encima tres de los cuatro libros de YA LO DIJO CASIMIRO PARKER (Lo siento, Oskar Aguado, no olvidé el tuyo, pero con la mudanza a la mitad tengo la vida en cajas y no pude hallar mi ejemplar a tiempo. Prometo que en el próximo viaje lo llevo),
y hasta leí tres pomemas del libro que Rodrigo grabó en vídeo por aquello de hacer el tonto y hacerlo bien. Luego fuimos en busca de un sitio donde comer, en una ciudad que en sábado por la tarde duerme una siesta plácida.
Al salir del cementerio vi una bici recostada contra árbol. Una bici sin candado y con las ruedas gastadas de rodar sin prisas.
Seguro que era la bici de Borges.
viernes, 5 de junio de 2009
"Aller Simple" (Camino de ida),entre las 10 mejores policiales del año según la revista "Lire"
(... y uno tiene la tentación de parafrasear a Obélix y decir: "están locos, estos franceses", porque el año va por la mitad todavía. Pero si te reciben tan bien, hay que ser agradecido. Cuando Camino de ida en su versión francesa comenzo a rodar, hace poco más de dos meses, estaba asustado: no es lo mismo, pensé, contarle las desventuras de un funcionariuo charnego a los lectores españoles, que hacerlo en otra lengua y más aún con lo exigente que es el mercado francés en materia de "polar", literatura negra, vamos. Pero funcionó y cómo: en un mes y dias se agotó la primera edición y medios como "Lire" o "Le novel observateur" (`por no hablar de los blogs especializados, que son minuciosos y muy duros), han dado a Octavio y compañía una calurosa bienvenida. Una buena racha la tiene cualquiera, pero por favor, que no se corte.)
"Pero sigo siendo el rey", reseña de Jesús Lens
PERO SIGO SIENDO EL REY
Si ustedes son seguidores habituales de este Blog ya conocen mi debilidad por Carlos Salem, cuyas novelas “Camino de ida” y “Matar y guardar la ropa” (recientemente galardonada con el Premio NOVELPOL a la mejor novela policíaca del 2008) constituyeron dos de los grandes hitos literarios del pasado año. Por eso, si están ustedes tristones, deprimidos, asténicos o hasta los cataplines de la crisis, vayan a su librería de cabecera y háganse con lo nuevo de Carlos Salem: “Pero sigo siendo el rey”...
El resto, en el blog original -nunca mejor dicho- de Jesús Lens:
http://www.granadablogs.com/pateandoelmundo/?p=2498
martes, 2 de junio de 2009
"Matar y guardar la ropa" gana el premio Novelpol
(Casi no me lo creo, lo usual es que pasados unos meses de la publicación de una novela, y más cuando tienes otra calentita en la calle, la anterior caiga en el olvido. Pero premios como los de la Semana Negra, Novelpol y otras organizaciones que velan por la salud del género (la de los autores suele estar ya bastante perjudicada), combaten ese olvido. Para mí, Matar y guardar la ropa fue una apuesta arriesgada tras la buena acogida y premio de Camino de ida: ¿Cambiar de registro, encerrar a loas personajes en un camping en lugar dejarlos vagar por caminos perdidos como suelo hacer?
Mis editores de Salto de Página no dudaron y yo tampoco, pero quedaba por ver la opinión de los que mandan: los que leen. Y leyeron, con tanto entusiasmo que se agoto la primera edición y la segunda va por ese camino. El viejo encanto del boca-oreja, el sueño de todo tipo que escribe novelas spñando con que un desconocido las descubra y las haga suyas. Eso no me haría aparecer en la lista de más vendidos, pero sí ratificaba que las aventuras de un asesino a sueldo y padre de familia llamado Juan Pérez Pérez tenían seguidores suficientes como para saber que la apuesta había valido la pena. También la crítica dio su aprobado y -lo que es casi más importante- , los compañeros de oficio, más veteraranos (aunque a menudo más jovenes que uno), que no escatimaron apoyos a la novela.
Si no sonara a culebrón, escribiría que fue como un sueño.
Y en él sigo. Ahora, cuando empieza el pedaleo de la promoción de "Pero sigo siendo el rey", la Asociación NOVELPOL, que nuclea a amigos, autores y forofos del género, concede a Matar y guardar la ropa el premio a la mejor novela policial publicada en 2009, con nombres que admiro como finalistas. ¿Se puede pedir más?
Igual, sí. Porque hasta donde sé, el premio se suele entregar durante la Semana Negra de Gijón, que empieza el 10 de julio. Así que será como volver al ugar en el que, en cierto modo, enpezó a empezar todo.
Abajo, el lnk del comunicado de NOVELPOL en su blog:
CARLOS SALEM GANADOR PREMIO NOVELPOL
Carlos Salem, con su novela Matar y guardar la ropa, ha sido el ganador de la edición 2009 del PREMIO NOVELPOL que concede, por votación entre sus miembros, la "Asociación de Amigos de la Literatura Policiaca Novelpol" a la mejor novela publicada en el año 2008.
Fueron finalistas Willy Uribe con Sé que mi padre decía, David Torres con Niños de tiza y Andrea Schenkel con Tannöd, el lugar del crimen.
Arriba teneis una foto extraida del blog la soledad del corredor de fondo donde se ven a nuestros dos ganadores NOVELPOL Carlos Salem y Jose Luis Muñoz(premio novelpol y concurso de relatos Justo Vasco) mano a mano.
Carlos Salem, con su novela Matar y guardar la ropa, ha sido el ganador de la edición 2009 del PREMIO NOVELPOL que concede, por votación entre sus miembros, la "Asociación de Amigos de la Literatura Policiaca Novelpol" a la mejor novela publicada en el año 2008.
Fueron finalistas Willy Uribe con Sé que mi padre decía, David Torres con Niños de tiza y Andrea Schenkel con Tannöd, el lugar del crimen.
Arriba teneis una foto extraida del blog la soledad del corredor de fondo donde se ven a nuestros dos ganadores NOVELPOL Carlos Salem y Jose Luis Muñoz(premio novelpol y concurso de relatos Justo Vasco) mano a mano.
Ya lo dijo Casimiro Parker: El jueves 4 en la Feria del Libro
Jueves 4 de junio, a partir de las 18.00 horas, los autores de Ya lo Dijo Casimiro Parker
firmarán en la Caseta 41, "Librería Estudio en Escarlata":
Isabel García Mellado: "Tic Tac Toc Toc"
José Angel Barrueco- Javier Das: "No hay camino al paraíso"
Óscar Aguado: "Canción de cuna para un héroe"
Carlos Salem: "Si dios me pide un bloody mary"
"Reir, mejor que llorar", David Torres en Ámbito Cultural
(Más que recomendable esta mirada íronica a la solemnidad galopante o al trote. Torres sabe de qué habla y no se corta a la hora de decirlo...)
Desde sus comienzos, la novela moderna siempre se ha nutrido del humor, el humor no siempre ha estado bien visto en la literatura. La nuestra es una literatura que peca a menudo de gravedad y de seriedad, que cree que lo divertido es la antítesis de lo profundo, cuando en realidad es lo contrario de lo aburrido. David Torres nos hablará del humor desde su perspectiva de lector y narrador, y de un puñado de escritores que han vuelto a revitalizar el género en los últimos años, tales como Rafael Reig, Román Piña o José María Mijangos.
Madrid > El Corte Inglés de Serrano, 52 > Sala de Ámbito Cultural > 7ª Planta
Miércoles 3 de junio
19.00 hrs.Conferencia
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