I
Ahora que he renunciado
de momento
a las pociones
toca asumir mi condición de villano de opereta.
La culpa revolotea
mariposa de papel albal
y sus alas cortan como alfanjes.
He fumado demasiado
en demasiadas camas
el cigarrillo de después
y en cada tos se me escapa un beso
para nadie
que pueda recordar
sin que otra mariposa
me rebane una loncha del corazón
o de la polla
(aún no aprendí a diferenciarlos).
II
Me gusta
de a ratos
ser la bestia que acecha
los callejones sin salida de tus ingles
pero estoy tan cansado de soltar carcajadas de hielo
que
para variar y sin que sirva de precedente
seré bueno
hasta el lunes por la tarde.
No me divierte el trabajo de engendro
a jornada completa
pero el mal
apréndelo querida
antes de que sea tarde en tus pestañas
no está en mi triste deambular por las sombras
sino en las aspirinas con receta
que el doctor jekyll te prescribe
para curar melancolías.
El monstruo es él
y yo sólo un adicto del amor que sangra
cazo porque lo que me gusta
no lo envasan al vacío
mato cuando me estoy muriendo
por verte
y me marcho para no saber
que no has venido.
No es un lobo inaudito en la ciudad
ése que ruge de dolor cuando anochece
soy yo
que te busco entre las sombras
de víctima en víctima
sin saber quién eres todavía.
III
Me acusan de tantos crímenes pueriles
que me avergüenza confesar el único
y reciente:
he matado al buen doctor
ya no hay jekyll al que volver por las mañanas
pedirle que recicle y saque la basura
pague las facturas puntualmente
y de comer a la palomas.
Ya no hay jekyll
amor
sólo este hyde & hyde que soy
el amante de los eclipses de sol
de las muchachas alunadas
como tú
el habitante de las peludas penumbras
en las que te desnudas
para volver a ser tu propio monstruo.
Así que tú decides
amor:
no vuelvas a llamarme
o deja abierta tu ventana
como todas las noches
para que la bestia vuelva
con el apetito intacto
pero sin moralejas
ni coartadas
a devorarte el coño
y la esperanza.
(De
"Orgía de andar por casa", Editorial Albatros, Ginebra)