jueves, 2 de febrero de 2012

Nos miran

Estos poemas felices que escribo para ti,
se los ponen a veces otras muchachas tristes,
transparentes en la soledad de sus pantallas.

Los  leen con las voces de amantes imposibles,
o les dan el tacto de un pasado imperfecto,
y los visten con lujosas ausencias tangibles.

Las hay, me informan, que quisieran detenerte,
provocadora de tanta desmesura a contraluz,
culpable del contagio de un amor inconveniente.

Y las que te odian, en ciertas noches invernales,
convencidas de que tienes algo que merecen:
estas palabras que te encuentran y te lamen.

Y mientras ellas nos leen y tú te lees al leerme,
la intimidad adquiere población de orgía,
y son tantas las manos que nos tocan.

No debería publicar esta otra forma de tenerte,
pero creo que disfrutas de sentirte desnuda,
abierta a las miradas que no acaban de verte.

Y cuanto más te excita la impudicia que temes,
más viva te sabes, más vulnerable y fuerte,
más libre de quedarte en mis manos, y mas mía eres.

Así que debemos esforzarnos, amante cómplice y furtiva.
Mientras creamos este mundo para dos contra la suerte,
entre estos versos tuyos que te esconden, ellas nos miran.

No hay comentarios: