El polen que brota de tus pezones
en una provocación para las abejas
que viven en las puntas de mis dedos.
Tu mirada oriental me desorienta
y brujulea hacia un sol siempre a punto
de cae sobre nosotros.
Imposible se llamaba mi bisabuelo.
Él también amó a una sirena en tierra firme
para fundar un edén de arenas bebedizas.
Mañana
es una promesa que se borra
en un cartel electoral
recién pegado
Ahora,
las abejas,
el polen,
tus pezones,
lo que te hace mejor que una sirena,
todos y cada uno de tus ojos,
y la cinta de moebius de esta noche
que nunca se termina
y siempre acaba de empezar.
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