A tierra fértil
recién besada
por la llovizna.
A planta marina
de un mar en el que
los sueños no se hunden.
A sutil especia oriental
que no esconde los sabores
y siempre los mejora.
A mineral precioso
frutal y blanda piedra
que late y se estremece.
A miel salada y dulce
el vino de un río subterráneo
que felizmente me emborracha.
A hembra que siempre será joven
mientras recuerde
que son alas sus piernas.
A ciudad que amanece inaugurada
tras cada noche que ha gozado
sin dormir.
A un cuadro de klimt
pintado por Modigliani
mientras Lautrec se tocaba.
A un poema feliz de Alfonsina
entre las olas ( si Alfonsina
hubiera sabido ser feliz).
A zumo de nube blanca
a pez de humo de hachís
a rosa de carne inmortal
a pétalo bañado de regaliz
a manantial que hierve
a perfume de la vida.
A sonrisa
que podría ser herida
pero no.
A todo eso
saben y huelen
tu coño y tu alma
y quiero seguir
devorándote
los dos.
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