Kafka in love
Una mujer con gato que dejaba pasar -por miedo- cualquier amor que no fuera imposible, se hartó de la sonrisa burlona de su felino.
Y lo cambió por tres canarios.
Uno se escapó de la jaula y voló por la ventana.
Otro murió de tristeza.
El tercer canario anda suelto por el piso, juega durante horas con un ovillo de lana, y cuando ella se olvida de ponerle el alpiste, maúlla.
Por las noches, duerme a los pies de su cama. Y cuando ella murmura dormida el nombre de algún amante perdido, el canario sonríe, burlón.
Eso sí: el tapizado del sofá permanece intacto.
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