Toque lo que toque
te estoy tocando
si separo las páginas de un libro
abro tus piernas
ya no puedo meter con inocencia
la llave en su ranura
y el eco de tus besos
me asalta en el primer descuido
mientras te acaricio en todas partes.
No te cuento a qué sabe mi saliva
pero mi dedo sabe
y me ofrezco voluntario
para que rayes los cristales de mis gafas
con el diamante primordial de tus pezones.
Este exilio temporal de lo más hondo
duele más que una herida permanente
tal vez porque en lo más hondo de ti
está mi barrio y mi aeropuerto
el lugar en el que nacen mis novelas
el centro de la tierra que descubro
el secreto de todas las mareas.
Ahora que lo pienso
tengo los mismos síntomas
que cuando vivía
más tiempo dentro que fuera
acaso sigo dentro
acaso siempre me sientas dentro
y este exilio temporal tenga por fin
enseñarme que este hambre de ti
va para largo
viene de lejos
y va hacia arriba
siempre hacia arriba.
Ya
falta
un
día
menos.
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