martes, 2 de febrero de 2010

Mujeres con gato


Tienen secretos en común, códigos que exceden los tópicos, sonrisas que siempre te dejarán fuera de su curva. Y no me vengas con el rollo de la soledad y las compañias que no exigen nada más que un plato de pienso y un laguito de leche, no me cuentes la teoría banal sobre el privilegio de castrarlos como si nos castraran a nosotros, para que no nos maten las dudas en cualquier tejado ajeno.

Sabes que no, que es otra cosa lo que ocurre entre las mujeres y sus gatos.

Puedes pasarte medio siglo de tu vida intentando conocerlas, y puede que al ver afilarse alguna madrugada en la que te sientes absurdamente invencible, creas que has logrado ver algo bajo las faldas de ese misterio de mujer con gato.
Te equivocas.
Y lo sabes.
Los gatos también,
Por eso sonríen así.

2 comentarios:

Ruth dijo...

Me encanta.
Será porque soy mujer con gato (castrado, por cierto).

Tono Hedzberg dijo...

miedo.