martes, 6 de febrero de 2007

Si dios me pide un bloody mary



Si una noche cualquiera
una noche de lunes por ejemplo
Dios entra en el bar en que trabajo y me pide un bloody mary
tendríamos un problema.
Se por qué lo digo;
Soñé con ello la semana pasada
Un lunes por la noche.
Y dios era bajito y tenía caspa
en las solapas del traje gris marengo
y una pinta entre abuelete bonachón
y ligón inmemorial a lo Sean connery.
De inmediato supe que era El
Al fin y al cabo
llevaba casi 40 años sabiendo que no existe.
Es lo que tienen los sueños de lunes
una vez estuve a punto de alcanzar angelina jolie
que corría desnuda y con tacones
y no corría demasiado.
-Nunca la alcanzarás - me dijo dios en mi sueño
-yo tampoco pude.
Y brindamos por eso
su bloody mary y mi novena botellas de mahou.
Lo malo fue cuando se pasó al dry martini
y se bebió media docena sin respirar
a medida que yo los iba preparando.
Y por primera vez empecé a sentir respeto por él:
siempre me pasa con la gente que soporta bien la bebida.
Entonces se cayó del taburete y marchó tambaleante al baño
Murmurando que, a partir de cierta edad,
de los jodidos problemas de la próstata,
no se salva ni dios.

Al volver se quedó mirando
con ojos de pescado
a una rubia con ojos de pecado
Pero sacudió la cabeza murmurando
que a las rubias como esa
las carga el diablo
Así que seguimos bebiendo dry martini de a pares
Y hablando de los que hablan dos borrachos
un lunes por la boche a ambos lados de una barra
es decir batallitas
filosofía barata
historias de mujeres.
El me contó una cuantas penas de amor
e insinuó algún problema sexual que aquí no repetiré
por respetar el honorable código de silencio de los barman
(aunque, entre nosotros,
creo que la tiene pequeña y no lo lleva muy bien)
Y los problemas empezaron
cuando me dijo que no llevaba dinero encima
y que si se lo apuntaba
me pagaba la cuenta sin falta
la próxima ocasión en que bajara a la tierra
le pregunté que cuándo sería eso
y me dijo que en unos 2000 años
semana más semana menos.
Le dije que yo nunca suelo durar tanto en los trabajos
y que invitaba la casa
Pero ya saben como se ponen los borrachos
y el viejo insistió en pagarme de algún modo
Y me ofreció concederme lo que quisiera
para saldar la cuenta
¿Lo que quiera? Pregunté
Lo que quieras, contestó, poniéndose un pelín apocalíptico.

Y me puse a pensar
en acabar con el hambre
en acabar con los cabrones que deciden en sillones de cuero natural
en acabar con la televisión basura
en acabar con mi propia pobreza sin miseria
en nadar en piscinas repletas de billetes y mujeres
en no haber nacido nunca
en mis muertos que fueron y serán
en devolverles la vida
en fulminar a media docena de hijos de puta que conozco,
Pensé en todo eso
mientras el viejo seguía bebiendo su martini super seco
y sonreía
¿Ya sabes lo que quieres? Preguntó
¿Lo sabes con certeza?
Asentí y salí de la barra
Y lo agarré del fondillo de los pantalones y lo eché a la calle
Lo que quiero es que te vayas y no vuelvas a joderme la vida
Le dije.
Y desperté en mi cama, oliendo a martini super seco.
Por eso digo que si una noche cualquiera
una noche de lunes
por ejemplo
dios entra en el bar en que trabajo y me pide un bloody mary
tendríamos un problema.
Aunque
bien pensado
no creo
ni que dios exista
ni que le guste este barrio
ni este bar
ni, por supuesto yo.
Y más que el bloody mary
Lo que le pega es la cerveza sin alcohol.-

2 comentarios:

Juan dijo...

QUE BIEN ESCRIBES CABRÓN. TENDRÍAS QUE HACERTE FAMOSO CUANTO ANTES, DE LA NOCHE A LA MAÑANA. YO LEERÍA TODAS TUS NOVELAS. PERO ENTONCES, DÓNDE IBAMOS A ENCONTRAR UN CAMARERO COMO TU. ¿NO PODRÍAS APAÑÁRTELAS PARA UNA DOBLE VIDA? DI QUE EL ESCRIBE ES PRIMO TUYO Y VENDE SUS LIBROS EN EL BAR. EN FIN, YA IREMOS VIENDO. PERO QUE BIEN ESCRIBES, CABRÓN.

Gloria dijo...

¿Famoso? ¿Más? No, por-fa-vor