(Vale también para este invierno 07)
Los vecinos sacan punta
a sus miradas agudas
padecen las ventanas de legañas
y por la acera paso
en dirección prohibida.
Un gato masca ratones de hojalata
un borracho
sin nada que olvidar
recuerda
al pisar la calle
y vuelve al bar.
Desde la niebla hecha de vallas
al sur de tirso
llega un coche propulsado por el ruido
y el conductor se ufana
pobre iluso
como si fuera él
el que conduce.
Una muchacha con ojos de ventana
(sin legañas)
imprime las baldosas de tacones
y en las paredes
el muro de carteles superpuestos
me informa que otra vez llegaré tarde
al único lugar en que me esperan.
El gato ha dejado sus faenas
y me mira
con cara de tasador inmobiliario
acelero el paso
para dejarlo atrás
creo que corro:
hoy tengo el alma
ligeramente arratonada.-
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