lunes, 3 de abril de 2017

1 Cadillac viejo y flamante

Traigo en el maletero la culpa de sentirme nuevo.
Recién salido de la línea de montaje de la vida.
Sentimientos a estrenar y con los extras de serie.
Todos los puntos en el carné de los sentidos.

Los deseos, cromados como peces.

Y sin embargo sé que amé.
Que ya he cruzado sin luces este camino.

Debería conocer de memoria cada curva.
Desconfiar de la sonrisa de los precipicios.

Sé  que amé
Como solo puede amar 1 coche nuevo.
Con hambre de carretera y el depósito lleno.

Nunca he respetado la dictadura del semáforo.
ni la embajada precaria de los pasos de cebra.
Me multaron por vivir en exceso de velocidad
Soy más de siniestro total, que de raspones.
Con la póliza del seguro hago barcos de papel
que no vuelan cuando los lanzo a contraviento.

No podría superar
y lo sé
el más benévolo
distraído
o negligente
control de melancolemia.

Sin embargo estoy aquí.
Dispuesto a recorrerte los caminos.

Como si fuera
no la primera            
ni la ultima
sino la única vez.

Y sin GPS, amor.
Ya sabes que no soy 1 modelo nuevo.
Sólo 1 cadillac viejo y flamante,

capaz de llegar al fin del mundo si te pones al volante.

Así que písale a fondo, mujer.
Y sin tocar el freno, por favor.

Traigo en el maletero la culpa de sentirme nuevo. 
Llévame hasta el cruce de caminos de tu piel
donde nacen y mueren todos mis senderos.

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