No hace mucho escribí
1 libro
en el que me contaba la vida
contándome las mudanzas.
Y cada 1 valía 1/2 incendio.
Al releerlo supe
que me había perdonado
menos de lo que suelo perdonarme.
Y que me había perdonado demasiado.
Y me di miedo.
Me sigo dando miedo.
Porque en lugar de hacer
un curso por correo
de bombero voluntario
yo
que he dejado de fumar
de noche
salgo sonámbulo
a comprar mecheros
por todos
los chinos del barrio.
Nos vemos
si quieres
en el incendio que viene.
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