1 de enero
Ha cambiado el año pero no esta sensación de espuma entre los dedos.
Anoche besé mil vasos buscando tu sabor y solo hallaba alcohol,
pero andabas por todos mis aquís, incluso en los que tú ya sabes.
Y me llegaba el eco de tu risa, desmaquillando ansiedades subsidiarias,
el grito de la bestia nueva que no perdona espinas ni alambradas.
Brindé con cada una de las deliciosas partes que hacen tu querido todo,
y me detuve tanto en las que son mis preferidas como en las que tengo descuidadas.
Te vi saltando euforias necesarias, convertir el tic tac en una bomba de vida
y no en un simple despertador de obligaciones programadas.
Y te quise, joder, te quise.
Aunque a mi alrededor la gente dijera lo que dicen cuando no se escuchan,
y en la tele las canciones fueran tan horteras que ninguna podía hablar de ti.
Te supe trastabillando carcajadas, proyectando un diminuto huracán de rabia
contra la persona más cercana, o destilando ginebra desde alguna lagrima.
Me mostré ocurrente en las conversaciones,
para distraer estas ganas de lamerte el alma,
y fui el doble anfitrión de una fiesta en la que yo estaba
y otra en la que te tocaba.
Creo que me dormí murmurándote la nuca
y follamándote bajo el agua tibia de una playa,
porque desperté apuntado al cielo de tus nalgas
donde el ojo cíclope de tu coño me observaba.
Y te quise, joder, te quise.
Ha comenzado el año como el otro agonizaba,
con todo lo que soy dispuesto a la batalla,
los dedos llenos de amor y de balas,
y la confianza de que sin matar a nadie,
vamos a ganarla.
Y te quiero, joder.
Te quiero.
2 comentarios:
"Ha comenzado el año como el otro agonizaba, / con todo lo que soy dispuesto a la batalla, / los dedos llenos de amor y de balas, / y la confianza de que sin matar a nadie, /
vamos a ganarla".
Qué maravilla, Carlos.
"Follamándote", qué bonita palabra y qué gran poema; se nota que te has desnudado en él por completo.
Feliz año.
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