Lo siento por Von Clausewitz,
Sun Tzu, George Lucas
y todos los poetas
de lo bélico.
Es hora de decirlo sin trincheras:
amigos, no existe el fuego amigo.
Solo traidores
(impotentes y en potencia),
que esperan su momento.
Prefiero a los suicidas
de verdad.
(También se odian a sí mismos,
pero en lugar de matar al prójimo, obran en consecuencia).
Quien presume
de vivir de frente,
acaba asesinando
por la espalda.
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