domingo, 7 de julio de 2019

Advertencia



Cada vez que te despego de la memoria
para verte a contraluz, no eres la misma.

¿Desde cuándo te has vuelto rubia de pupilas para adentro?

¿Por qué se enroscan en tus pantorrillas
todos mis gatos imaginarios?

No entiendo que ahora toques el piano
con los dedos en el aire,
si todavía retumban tus tambores de fiesta
en mis pasillos.

¿Ya no es tu color favorito el transparente?

Eres tan parecida a ti
que apenas te reconozco.

Te has escapado sin permiso
de la foto con marco que clavé con la frente en la pared.

Ahora te permites sonreír
ante la procesión de escarabajos 
que se llevan de contrabando
las teselas de tu imagen.

Me perdonas
la libertad imperdonable con que te toco en  los recuerdos,
y hasta has cambiado de ubicación cada uno
de tus puntos erógenos,
con los años que me costó localizarlos.

Eres y no.

Porque cuando te marchaste
se quedó conmigo tu silueta,
que me abraza cuando finjo soñar mientras escribo.

Sospecho hasta has mudado tus gustos, 
que solo comes  trozos de nubes vegetarianas.
Que ahora cantas bien
y no desafinas ni una nota.
Que hablas con los silencios.
Que callas  a tiempo en los relojes.

Que cuando por fin empezaba a olvidarte,
has decido ser otra solo para fastidiarme.

Y no me queda mas remedio,
ya que yo tampoco soy el mismo,
que dejar en libertad a mis dragones,
enrollar todos los puentes levadizos,
desinchar mi castillo hinchable,
y darte,
como si fuera la primera vez,
la bienvenida.

Como te sigas empeñando
en ser otra,
con lo mejor de ti, 

voy a tener que empezar
a traicionar
a tu ausencia contigo.



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