que haces planes y maletas
y estoy pero no estoy
y sigo estando;
ahora, también merece la alegría.
Ahora
que la brújula que sabes
apunta al sur de tu norte
y la distancia ideal sería medio beso
y no un océano de escapes;
merece la alegría.
Ahora
que estoy
como decía mi libro,
jodido pero contento;
porque me recordaste
que estar vivo no era una forma más
de seguir muerto.
Ahora
que debería estar triste
y sin embargo te celebro,
porque en lugar de irte,
de algún modo
estás volviendo.
Ahora
que te vas pero me llevas
y me quedo,
ahora que me cago en el destino
y lo saco de copas y le cuento
lo que sé de tu cuerpo.
Ahora
soy más cómplice que nunca,
porque te quiero y libre;
y quiero
que si vuelves
la alegría
nos siga mereciendo.
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