viernes, 26 de junio de 2009

Mucho mejor que Rocky I




La poesía pega o no pega, y cuando pega, pega.
No basta con bailar en el cuadrilátero, aunque un buen juego de pierna siempre ayuda. Pero para noquear al que lee,hacen falta palabras de verdad,rotundas, huesudas y rabiosas. De poco vale montar una guardia vistosa porque las hostias vienen, siempre vienen, y la vida nunca tira la toalla -que en realidad es un esponja, menuda paradoja- hasta que no es demasiado tarde.
Barrueco y Das, con la complicidad del viejo mánager Marcus Versus, que sabe todos los trucos del oficio pero ningún tongo, han organizado esta velada de boxeo con sus propios recuerdos y no hacen ni puto caso de la campana que impone treguas transitorias. Los rounds se suceden sin descanso, sin llevar la cuenta de los puntos en juego. Porque sólo les vale el KO.
Y cuando terminas el libro, te encuentras sentado de culo en la lona, con la absurda sonrisa del que se ríe de los tópicos. Cómo diría Soldati, "Lo importante no es ganar, sino hacer que pierda le otro". Y el otro, en este caso, no es el poeta vecino de edición, desde luego, sino los recuerdos magullados que se reponen de la paliza en el vestuario y no quieren ni oír hablar de revancha.
Los púgiles, mientras tanto, se han ido a tomar unas cervezas y a brindar por las derrotas de mañana, porque a las de ayer ya les han dado su merecido.
Un libro de los que hay que leer. guardar a mano y volver a leer cada cierto tiempo.
Cuando muchos de nuestros "poemarios" (horrible palabra con ecos de urinario y obituario), sean olvido amarillento, "No hay camino al paraíso" seguirá en su esquina, esperando que suene la campana para noquear a nuevos lectores desprevenidos.

No hay comentarios: