miércoles, 16 de abril de 2008

Se va la segunda

Nadie lo impidió a tiempo y un año después de Camino de Ida,
ya estoy dando por saco con otra novela.
Se llama Matar y Guardar la Ropa
y la publica, por supuesto, Salto de página,
La presentamos en Madrid el miércoles 7 de mayo
en la FNAC de Callao, a las 20,00 horas,
y en Barcelona el 16 de mayo,
en la FNAC de Plaza Cataluña, también a las 20.00 horas.
Hay un par de presentaciones previstas,
creo que en Sevilla y en Murcia, pero aún no tengo la fecha.
Y en cuanto podamos,
la presentación macarra en el Bukowski club,
como está mandado.
Un lujazo: el prólogo es del maestro Gonzalo Torrente Malvido
¿Y de qué va?
Pues más o menos, de esto:

Reseña:
En un camping nudista de Murcia alguien debe morir. ¿Pero quién? Esto es lo que tiene que averiguar Número Tres, uno de los mejores asesinos a sueldo a quienes la Empresa asigna sus pedidos. Todo sería más sencillo si Número Tres no se escondiese bajo la anodina identidad de Juanito Pérez Pérez, un apocado comercial al borde de los cuarenta; si en el camping no coincidiesen sus hijos, su ex mujer, el juez estrella de la lucha contra el crimen, un amigo de la infancia, otro asesino particularmente despiadado, un inspector que lleva años sospechando de él y una incógnita llamada Yolanda...
(chan chan chan chan!!)
Y aquí copio el prólogo de Gonzalo:
La muerte en la Literatura

Gonzalo Torrente Malvido

La irrupción de los libros en el amplísimo panorama de la historia de la humanidad supuso una difusión de los avatares de la existencia donde la muerte ocupará para siempre inmensas parcelas, iguales o incluso mayores que las dedicadas a la vida. La muerte natural, las muertes violentas, y las muertes casuales, absurdas, como la vida misma. No puede entenderse el fenómeno de la escritura sin la sombra de la muerte planeando sobre sus páginas: desde la Biblia, a los Vedas o la literatura griega, desde los romances, al Siglo de Oro español. Sin la presencia de la muerte no tendríamos las páginas de Manrique, ni las de Petrarca, ni las de Garcilaso, ni las de Shakespeare, ni las de ninguno de los vértices de la geometría literaria universal: rusos, ingleses, franceses, españoles; todos ellos autores con la muerte al fondo de sus obras.
El tratamiento de la muerte, sin embargo, ha sido muy variado: desde la dramática griega hasta la shakespeariana, no obstante la común presencia de la daga; de Lucrecio a Garcilaso; de Chaucer a Maupassant; de Balzac a Dostoyevski. Múltiples maneras de considerar la vida a la sombra de la muerte o de considerar la muerte a la luz de la vida, desde las más diversas temáticas.
La presente novela de Carlos Salem, bajo una aparente envoltura de serie negra –titulo y tema-, va mucho más allá gracias a la constante ironía que sus páginas encierran, por la espléndida sencillez de su estilo, y por el novedoso tratamiento de la muerte como mercancía.
Aquí el asesinato es un producto a cargo de una empresa cuya metodología de trabajo origina la trama por la que transitan los personajes. Personajes que resultarán estar ligados, por unas u otras razones, al protagonista y narrador, Juan Pérez Pérez, eficaz asesino de la empresa, pero también un hombre corriente al filo de los cuarenta años, ex marido y padre lleno de dudas. ¿Lo han enviado allí para “despachar” a alguien, como es habitual, o en realidad es él quién será despachado? Todo ello en el marco de un camping nudista, en el que poco se puede esconder, pero se oculta, como siempre, lo más importante. No es casual que por este ámbito desfilen, sin ropas pero vestidos de sus propios motivos, diferentes aspectos y personas del pasado de Juan, y también de su incierto futuro. A la hora del balance y tal vez de su propia muerte, todo hombre está desnudo.
Con una trama en ocasiones vertiginosa y en tramos más pausada no obstante el ritmo de constante sorpresa que marcan los personajes y los acontecimientos de principio a fin, “Matar y Guardar la ropa” marca un hito en entendimiento literario del asesinato y de la novela negra, al tiempo que señala una modalidad de ficción insólita en el tratamiento estético y necesaria en la novela en general.





Gonzalo Torrente Malvido (Ferrol, 1935) ha publicado una vasta obra narrativa en la que destacan las novelas Hombres varados, finalista del Premio Nadal 1961; La Raya, Premio Café Gijón 1963; Balada de Juan Campos, ed. Luis de Caralt; o Tiempo provisional, Premio Sésamo 1969. Siempre ha demostrado debilidad por el género negro, y en este campo ha logrado novelas memorables como El Crimen de la Herradura y Teorema del mal.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡chan chan chan!!

pim pam pum
1, 2, 3, ¡que tres, qué bien!

Anónimo dijo...

allí estaré.




enorawena a los premiados

Violeta dijo...

claro
alli estaré

;)

silvia dijo...

mis más sinceras enhorabuenas por la criatura

marcelo dijo...

¡Grande, Carlos!
abrazo,
M

Anónimo dijo...

Jefe suerte con la segunda, ya terminé la primera y estuvo genial. Siempre las nubes acaban yéndose.

Leeremos la segunda ya.

Besos y abrazos.

Anónimo dijo...

No tengo el placer de conocerte, pero si a Gonzalo Torrente que le había perdido la pista.
Recuerdos a Gonzalo de parte de Mendrugo. El sabe quien soy yo.
Saludos.