(Esto es viejo y no sé si ya lo había colgado en el blog. En todo caso, alguien me lo pidió, tampoco recuerdo quién, y aquí lo cuelgo. Habría que colgarme a mí)
asar un pollo hecho de nieve
lentamente
y sin abusar del condimento
tocarte la punta de los pies con la lengua
(tus pies y mi lengua)
acumular ideas niqueladas
que alejen a la muerte
una semana más
vivir del aire
del aire en vaso largo
en botellín
del aire frío
dormir temiendo que alguien
me enrolle al recoger el decorado
y me abandone en un almacén lleno de sueños
de tela y papel
despertar lleno de fuerza algunas veces
algunas pocas veces
odiar o amar a prójimos estúpidos
discutir lo banal
mientras el pollo hecho de nieve se asa
lentamente
tengo tanta hambre de vida
que me como la mía a dentelladas
y sin descongelar
lo suficiente.
1 comentario:
Sospecho silenciosamente que esas tareas de invieno las has perpetrado, alguna vez tb, en verano, otoño y primavera.
Mereció la pena que desempolvases el poema (en mi opinión).
Un saludín.
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