viernes, 19 de marzo de 2010
Mujeres con gato (XI)
Instrucciones
Cuando el gato de una mujer con gato parece aceptarte, tiendes a creer que has conseguido una especie de garantía de que ella hará lo mismo, lo sientas sobre tus rodillas y dedicas buena parte de tu visita a acariciar su lomo. Y puede ocurrir que luego te encuentres en la calle, a las cuatro de la mañana y en plena nevada, preguntándote porqué.
Cuando el gato de una mujer con gato parece odiarte, te sientes inseguro, procuras no sentarte en su sillón favorito, y llegas a estar más pendiente de su mirada oriental que de los ojos de ella. Y puede ocurrir que ella, sin embargo, te colme de felinos bailes y felices sobresaltos, dentro y fuera de la cama.
Cuando el gato de una mujer con gato parece no advertir tu presencia, debes hacer lo mismo: siéntate en cualquier sillón y asume que una mujer con gato es, ante todo, imprevisible: te aceptará o no, por motivos que jamás alcanzarás a comprender.
Pero por si acaso, procura no pisar al gato.
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9 comentarios:
No estoy de acuerdo. La mujer con gato siempre se fiará de la opinión de su gato. Si el gato te odia, probablemente ella no termine de fiarse del todo.
Muy bueno, jejeje me encanto el relato.
Querida Ruth: tú,como buena mujer con gato ,deberías saber que lo único seguro con una mujer con gato, es que no hay nada seguro. Besos
estoy totalmente de acuerdo nada seguro ni nada cierto. Lo unico real en una mujer con gato es que sigue siendo una mujer.
Cuando entras por la puerta, el gato de una mujer con gato y la mujer con gato ya tenian todo mauyado. You know.
"Hoy puede ser un gran día", lo confirmo, ya lo es.
He llegado a tu casa de rebote al leer tu poema "corazones" y siento que he hecho uno de mis mejores hallazgos.
Permíteme enlazarte en mi humilde blog y mandarte algunas caricias...
Vale, he metido la pata, el poema es de Escandar Algeet que escribió a raiz de una frase tuya.
Pero sigue siendo un gran día ;)
Estimado señor Salem: Si me tatúo la frase "una mujer con gato, aunque a veces pueda olvidarlo, es invencible", ¿te puedo pagar los derechos de autor en birras?
PD: Las invencibles son mis gatas. El truco es que, como dice el refrán, dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Y yo ya no duermo sin mis gatas.
Interesante metáfora.
Saludos.
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