... pues dos tazas.
Si no me tienes muy visto u oído -eso, difícil, cada vez se me oye menos-, pásate el jueves por la Asociación Cultural Pipo, en Lavapiés. Merecerá la pena, no por mis poemas roncos, pero sí para conocer el espacio que Pipo ha creado, abriendo ventanas mientras otras se cierran.
Y el sábado, en Traficantes de Sueños, participaré encantado en la nueva edición de los Sábados Negros, ideales para los amantes del género, pero también para los que disfrutan de la lectura cen general.
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