Ya nunca perderé del todo
el miedo a los perros
por culpa de uno
negro
que quiso morderme los huevos
cuando yo era pequeño.
Ya no podré recorrer europa
con la mochila al hombro
y una foto de mujer sin rostro
en el bolsillo.
Ya no enseñaré el abecedario a mi hijos
para que puedan dejar constancia
de las decepciones que les debo.
Ya no seré el primer astronauta argentino
en pisar la superficie de venus
y plantar en ella la gloriosa bandera
de boca juniors.
Ya no moriré de amor
ni de cirrosis
(los sintomas son bastante parecidos)
Ya no haré una revolución armada
si no me obligan a ello.
Tampoco tengo edad para empezar a creer
en un dios que no me mate.
Se me pasó la hora de lo heróico y lo estúpido
y apenas me queda tiempo
para acariciar recuerdos.
Me creo sabio
sin serlo
porque ya sé
lo que no podré hacer.
Me bebí todo ese tiempo
y todavía
me queda un trago
para apagar incendios
mientras me retiro
sin quejas
por la calle mal iluminada de ese barrio
alambrado de sueños
en el que todos duermen
salvo yo.
Y los perros.
2 comentarios:
Joder Carlos...ufff...me has emocionado. Arturo
Reconozco algunos sentimientos....
Escribes con un sentido tan real, tienes unas composiciones preciosas.
Desde Benedetti no sabía que podía existir algo bueno.
Me encantas.
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