sábado, 26 de julio de 2008

Semana Negra y fecunda (I)

(Ya han pasado unas semanas y la intención de colgar en este blog un post completo, que reflejara todo lo que pasó en Gijón y a toda la gente que tuve la suerte de cconocer en esos días, se revela excasiva para mi nula capacidad organizativa...
Así que lo haré por entregas, a medida que vaya encontrando las fotos.
Se va la primera)


Me lo habían contado asistentes a ediciones anteriores a los que la mirada se les iluminaba de nostalgia y algo parecido a la lujuria intelectual -redundancia donde las haya-, al recordar ciertos días de julio en Gijón.
Me lo había advertido la hiperkinética Cristina Macía durante una breve visita a Madrid, y hasta el propio Paco Ignacio Taibo II, en llamadas telefónicas para comunicarme que era finalista del Memorial Silverio Cañada e invitarme además a participar con un cuento en el libro colectivo dedicado este año a Weimar, me reiteró, en su estilo rotundo de pasajero a punto de perder un tren (y resulta que el tren es él), que lo de la Semana Negra era otra cosa.
Escritores que había conocido recientemente, iban emocinándose un poco más cada vez que hablábamos del asunto y junio adelgazaba para hacerle sitio en el calendario al mes de los milagros.
La palabra clave era "Gijón".
La semana iba a durar diez días. Y el tiempo necesario para procesar tanta informacion, será de, por lo menos, 11 meses y 20 días.
Soy un novato de 48 años y en el período que va entre la publicación de Camino de ida y la de Matar y guardar la ropa (un año), buenos amigos de todas partes me han prevenido de las puñaldas frecuentes en el mundillo literario.
No digo que no existan.
Digo que no las he visto ni sufrido aún.
Y menos en Gijón, donde recibí la bienvenida de los compañeros de teclado. No detecté clases ni élites. La gente no se reunía en los baños para ver quién tenía más larga la lista de ventas. Se bebía bastante y yo no pude -la próxima vez que vaya tengo que reparar ese fallo- y se hablaba más.
Sería estúpido decir que recibir el Silverio Cañada a mi primera novela fue lo de menos. Estúpido y falso. Pero todo lo demás fue tanto que el premio viene a representar la guinda del pastel.
Una lista de la gente que conocí y quisiera seguir tratando, sería incompleta por definición. De modo que valgan las fotos (las que tengo, por momentos, especialmente el último día, más que escritores de lo negro o lo fantástico, parecíamos japoneses de vacaciones, dándole al flash una y otra vez), para empezar los agradecimientos:Al centro, Cristina Macía, lectora infatigable hada madrina y ubicua organizadora (llegué a pensar que era familia de mi amigo Naveiras, porque comparten la facultad de poder estar en tres lugares al mismo tiempo), A la derecha el tigre Leonardo Oyola, excelente escritro y mejor amigo. Un tipo duro, pese al gorro que llevaba cuando sacaron la foto...
Con Paco Ignacio Taibo II. agotado (que no derrotado) el último día de la Semana Negra. Tiene detrás un equipo incansable pero nadie pone en duda que es el motor del asunto. En su caso, la difinición "agitador cultural" cobra un sentido real y permanente. Tendría que decirle muchas cosas pero me conformo con lo que le dicen a Gardel al final del primer capítulo de Camino de ida:
-¡Pibe, no te mueras nunca!




Aqui, junto a Rebeca Murga y el inmenso -en todos los sentidos- L
orenzo Lunar. Gracias a gente como ellos, la literatura en Cuba va y sigue yendo, especialmente en Santa Clara. Amenazamos con visita...
A la derecha, el trigre Oyola, y a la izquierda, el veterano siempre en carrera, Juan Sasturain, uno de esos tipos cuya pista sigues desde que eres casi un crío y piensas que nunca vas a poder conocer en persona. Fundador de la mítica revista Fierro, parte integrante de la histórica Superhum(o)r, experto en cómics como pocos y, por si le faltara algo, novelista de mirada negra. Por aquello de las injusticias que tiene el charco en cuanto a la publicación aquí de la mayoría de lo que se hace en Argentina, y viceversa, no conocía su serie del detective Etchenike, un policía jubilado más Marlowe que muchos, pero ne Buenos aires y en la época de la dictadura. En breve agregaré una resaña de la más nueva, PAGARÍA POR NO VERTE -pedazo de título para pedazo de novela-. Tal vea para solucionar ese desconocimiento mutuo, Saturaín presentó en Gijón la coleccción NEGRO ABSOLUTO, que dirige en Argentina pero se podrá conseguir aquí.




Aquí, con el novelista colombiano Mario Mendoza, autor, entre otras, de SATANAS. Un lujo de tipo y además posible compañero de futuras andanzas en la red. Fue miembro del jurado del Silverio Cañada pero OJO, la foto se sacó después de que me dieran el premio, así que no le estoy haciendo la pelota...

No es una reunión de gángsters, pero casi. Al centro, PACO CAMARASA, mucho más que el dueño de la Libreria NEGRO Y CRIMINAL, en otrno a la cual en Barcelona se ha desarrollado un imparable movimiento del género. Y a la derecha, JOSE ANDRES ESPELT, alias CRUCE DE CABLES, uno de los blogeros negros más entusiastas de internet, y también uno de los que hizo y mucho por Oyola y un servidor. Ahora bien: mirenlo con cuidado y después les cuento un chiste... ¿ya está? EL MUY CABRON DICE QUE YO TENGO UN ASPECTO INQUIETANTE...

Con el otro puntal de la cosa librera negra, pero en Madrid. JUAN ESCARLATA, abnegado librero que ya ha tenido que soportarme dos ferias del libro y, no conforme, se llevó hasta Gijón un montón de libros nuestros. Por suerte, parece que no sobraron muchos. Para colmo, le prendieron fuego al coche y algún escritor cabrón asistente a la Semana Negra andaba por la cafetería del Hotel Don Manuel lamentando no haberse enterado antes para escribir un cuento en el que todos los autores presentes fueran sospechosos y la investigación corriera a cargo del novelista negro gijonés y policía en activo Alejandro M. Gallo. (Se dice que el de la idea malvada fue uno con un pañuelo en la cabeza. la idea malvada de escribir el relato, ojo, que con el incendio no tuve nada que ver... Inés y yo estamos dando vueltas a la organización junto con ESTUDIO EN ESCARLATA, de una cita mensual -para empezar- en el BUKOWSKII CLUB, que serían el JUEVES NEGRO o el SABADO NEGRO. En septiembre arrancamos...

Por alusiones: a la izquierda Leonardo Oyola, y al centro ALEJANDRO M. GALLO, escritor y policía. Un tipo de aspecto duro pero muy afable y que trató con mucho afecto a dos novatos como nostros.

No hay comentarios: