viernes, 12 de enero de 2007

Estaciones


El sol de bote del invierno si transparenta las bragas de las nubes
/es una maravilla
la lluvia que bautiza a perdigones los cristales de mis gafas
/es una maravilla
la insurrección de tus pezones contra el frío
que le enseñan el braile a cualquier tela

/es una maravilla
una flor de primavera si es más que un manojo de lágrimas de plástico
/es una maravilla
el amor inocente de los otros /es una maravilla
las resacas ligeras como párpados /son una maravilla
las faldas de las muchachas en verano con esa vocación de servilletas
o de mantel individual que augura un buen bocado

/son una maravilla
usar las noches como días mejorados de penumbra

/es una maravilla
dormir en un portal la borrachera de algún amor casual
y despertar sin que te hayan atracado

/es una maravilla
diagnosticar la radiografía del otoño analizando el esqueleto de los árboles
/es una maravilla
sentir nostalgia de lo que aún no has conocido

/es una maravilla
la balada para un loco de piazzolla cantada por valeria
en la recoba a las seis de la mañana

/es una maravilla.
Ahora que el invierno ha regresado

y acecha como un oso entre la nieve
y las gripes se disponen a tejer en mi piel el encaje de las fiebres
ahora que a veces creo

que este invierno puede ser mi último invierno
me encantaría cruzar el lago helado lavándome de las premoniciones
y ser capaz de llegar vivo
a la otra orilla
para volver a empezar a transitar mis estaciones.
Si lo consigo

/será una maravilla

2 comentarios:

Ana Pérez Cañamares dijo...

leer este poema, después de un día absurdo como las noticias que se mezclan en un periódico pisoteado/
es una maravilla

carlos salem dijo...

Gracias, Ana. De verdad.